La gran duda que invade en las últimas horas a los integrantes del círculo cercano al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, incluido él mismo, es si un día de estos el valemadrista secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, será llamado a comparecer y enfrentar la ley por su deficiente trabajo que hubiera realizado como fiscal encargado de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa registrado en el sexeni pasado.

El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, ayer reveló que el ex director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón de Lucio, es prófugo de la justicia y se le busca porque presenció y toleró la tortura de detenidos para integrar la carpeta de investigación por el caso de los normalistas que fueron retenidos y después desaparecidos en el estado de Guerrero.

Según Gertz Manero hubo muchos delitos que no fueron investigados ni judicializados, pese a que en su momento la entonces Procuraduría General de la República llevó a cabo varias diligencias que no terminaron en nada, mismas en la que de algún modo tuvo injerencia el actual funcionario del gobierno de Tlaxcala, José Aarón Pérez, quien por un tiempo se hizo cargo de la Unidad Especial del caso de Ayotzinapa.

Ayer también se conoció que la FGR solicitó a diferentes jueces 46 órdenes de aprehensión contra diversos servidores públicos que laboran en municipios de Guerrero, mismos que deberán responder a acusaciones de delincuencia organizada y desaparición forzada de los 43 normalistas.

Nadie tiene la certeza de que conforme avance ese caso se conozca que Tomás Zerón no es único ex funcionario de la PGR con responsabilidad en la deficiente investigación que se armó para tratar de esclarecer ese horrible crimen, pues el actual secretario de Gobierno de la administración menista tuvo una participación directa en las pesquisas y por lo que se observa tampoco hizo nada para castigar la tortura de la que hoy habla el fiscal Alejandro Gertz ni para corregir y subsanar las inconsistencias que se mencionan.

Pérez Carro era de los consentidos funcionario de la PGR que percibía un salario promedio de 177 mil 380 pesos al mes. Su paso por esa dependencia en los tiempos de la administración del presidente Enrique Peña Nieto lo llevó a convertirse en el encargado del caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, responsabilidad que presumía y hasta la ponía por delante como su carta de presentación, tan es así que eso le abrió las puertas para ocupar, sin pena ni gloria, la Procuraduría General de Justicia en Tlaxcala para después brincar a su actual cargo como Secretario de Gobierno.

Ese mal abogado tlaxcalteca que solo apantalla a ingenuos no sólo es omiso e ineficiente en su actual responsabilidad, sino que pareciera que es la constante en su trayectoria profesional porque si en la PGR no hizo nada para subsanar las inconsistencias de la investigación en torno a los normalistas que se presume fueron ejecutados, en la entidad es evidente que sólo se dedica a cobrar y a utilizar su influyente puesto para dar trabajo a su familia, porque los problemas propios de su área en su gran mayoría son resueltos por el jefe de asesores del mandatario Marco Mena, el poblano Alberto Amador Leal.

Un ejemplo de lo anterior es que el torpe e inútil José Aarón Pérez nunca pudo controlar ni someter al manchi funcionario director del Registro Público de la Propiedad y Notarías, Sergio Cuauhtémoc Lima López, quien no sólo ignoraba sus órdenes sino que lo retaba al obstaculizar el trabajo de algunos notarios, quienes hacían movimientos relacionados con la escrituración de predios para la instalación de empresas.

Lima López por fin deja su cargo en el gobierno del estado y con esa muy, pero muy tardada decisión, se espera que se ponga fin al poderoso reino que instauró Lima López en esa oficina, donde la corrupción y las transas era lo que predominaba.

El ex gobernador Mariano González Zarur perdió ayer la última posición que le queda en la administración de Marco Mena, por lo que ojalá los tiempos de venganza y maltrato a los notarios que recibieron su patente en el gobierno del panista Héctor Ortiz Ortiz pasen a la historia.

Sergio Cuauhtémoc Lima es tan nefasto que no merece más espacio.