La devastación económica que está dejando la pandemia de Covid-19 en un estado como Tlaxcala tendrá serias complicaciones para las autoridades y sus habitantes.

Las personas que están acostumbradas a vivir de una economía informal a través de ferias y fiestas patronales, así como de otros eventos que atraen miles de visitantes como el avistamiento de luciérnagas y la noche que nadie duerme, dejarán de captar ingresos porque muchos eventos programados para estas fechas se han empezado a cancelar.

El alto número de contagios de coronavirus y su mortal desenlace en algunos pacientes ha obligado a las autoridades eclesiásticas, municipales y estatales a tomar decisiones drásticas que implican suspender eventos importantes como la Feria de Huamantla que según sus organizadores provoca una derrama económica de 200 millones de pesos.

Y así como se canceló esa feria, en otros municipios también ha sucedido lo propio como en Chiautempan, Apetatitlán, Contla, Santa Cruz Tlaxcala, Calpulalpan y Tlaxco, lo que obviamente se convertirá en un severo problema porque sencillamente se han dejado de mover varios millones de pesos.

Lo anterior tarde o temprano lo resentirán los tlaxcaltecas y más cuando en unas semanas más se regrese a la nueva normalidad.

Tlaxcala no será la misma una vez que termine la pandemia de Covid-19. El número de empleos formales perdidos será histórico. La actividad turística se desplomará drásticamente y la cantidad de tlaxcaltecas en situación de pobreza extrema que se estimaba hace unos meses en 72 mil personas también registrará un incremento.

Un factor que quizá ayudará a paliar la difícil situación económica serán los programas sociales del gobierno federal y que se encarga de operar en Tlaxcala la super delegada Lorena Cuéllar Cisneros, pues por lo menos se tiene la seguridad que este año se dispersarán más de 4 mil millones de pesos entre más de 250 mil beneficiarios.

La administración estatal en manos de Marco Antonio Mena Rodríguez ha creado diferentes programas para defender el empleo y evitar la quiebra de comercios y pequeñas empresas, sin embargo y aunque se ha acelerado la autorización y liberación de créditos, la realidad es que tales acciones son limitadas y no compensan los recursos económicos que han dejado de circular en Tlaxcala por la cancelación de ferias y otros eventos.

La escasez de recursos en la economía informal de la entidad es un hecho. Ese fenómeno también se registra en las arcas municipales y estatales. Los ingresos propios del gobierno del estado y de los ayuntamientos se han desplomado y en los siguientes meses es evidente que los fondos federales que se reciben también serán menores.

Tlaxcala enfrenta una devastación económica de la que se habla poco, pero que es una realidad.

La pandemia vino a golpear al estado y las consecuencias de su paso aún están por verse.

El cierre de este año será difícil y complicado.