Si Tlaxcala junto con entidades como Morelos, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Puebla forma parte de los seis estados del país donde se registra un crecimiento preocupante de casos positivos por Covid-19 y un aumento en el número de personas fallecidas por esa enfermedad, no resulta novedoso ni extraño porque era lógico que se enfrentara a un escenario tan dramático donde las autoridades tienen culpa, así como los tlaxcaltecas que siempre minimizaron las medidas de la cuarentena.

No hay que olvidar que Tlaxcala siempre se encontró en la lista de los estados del país donde menos se respetaba la instrucción de quedarse en casa y mantener la sana distancia. Hubo fines de semana donde se realizaban fiestas, actividades religiosas, eventos inaugurales de bodegas y la instalación tianguis que congregaron a cientos de personas, situación que sin duda ayudó a propagar el mortal virus.

Las instituciones bancarias que operan en la entidad nunca les ha importado la salud de sus clientes y salvo en Apizaco donde las autoridades municipales intervinieron para que las personas formadas guardaran la sana distancia y usaran cubrebocas, en el resto de los municipios donde hay bancos prevalecía el desorden como se puede observar todos los días en Tlaxcala, Zacatelco y Papalotla.

Al inicio de la actual pandemia se habló de la necesidad de establecer estrictos controles sanitarios, de llevar a cabo un agresivo programa de pruebas para detectar a enfermos o portadores asintomáticos del virus y de establecer un plan de acción en los municipios con más casos a fin de ubicar en que colonia, calle, presidencia de comunidad o zona se están registrando los pacientes para reforzar las acciones de desinfección, sin embargo pareciera que ninguna de ellas se hizo efectiva y hoy se están pagando las consecuencias.

No faltará quien diga que lo anterior se ha hecho y que mis señalamientos carecen de sustento y que soy un reportero desinformado, pero nadie puede decir que la aplicación de 1,566 pruebas realizadas en 52 días de la pandemia fue suficiente para un estado que tiene más de un millón de habitantes, pues ese número sólo demuestra que sólo se efectuaron las que se podían practicar al día según la capacidad del laboratorio estatal y que nunca ha existido la intención de ampliar la cobertura.

Tlaxcala registra 321 contagios, 80 personas recuperadas de la enfermedad y 58 fallecimientos. Hay 316 tlaxcaltecas que se encuentran en espera del resultado de su prueba y 321 que están bajo vigilancia epidemiológica.

Por lo que se ha dicho sobre el Covid-19, en la entidad estamos lejos de aplanar la curva de incremento de casos de esa enfermedad. Es muy probable que a lo largo de este mes siga a la alza el número de infectados y de personas fallecidas, lo cual resultará lamentable porque los tlaxcaltecas empezarán a culpar de esa situación al gobierno.

Ojalá que la capacidad de camas con ventiladores que existe en Tlaxcala nunca llegue a su saturación, pues de acuerdo con la información disponible se sabe que casi está ocupada el 30 por ciento de esa infraestructura.

Los días por venir serán complicados y quizá el gobierno del estado debería aplicar medidas más estrictas para frenar la movilidad de personas que impera en Tlaxcala. En Puebla se impondrá a partir del lunes el no circula y además se analiza la posibilidad de cerrar los mercados.

En Tlaxcala urge firmeza para enfrentar mejor a la pandemia.