Han pasado prácticamente enero y febrero de este año y las preferencias de los ciudadanos hacia los aspirantes a la gubernatura no han sufrido cambios radicales, por lo que los siguientes meses serán claves para que el PRI, el PAN , el PRD y otros partidos políticos con presencia en Tlaxcala decidan si establecerán una alianza opositora o si cada uno optará por participar con un candidato propio para ganar las elecciones del 2021 y enfrentar la fuerza de Morena y sus aliados que al parecer aún tiene empuje para disputar sin muchos problemas el poder.

Las dirigencias estatales de los principales partidos políticos han comprendido que sus posibilidades de obtener el triunfo por sí solos en los comicios intermedios del siguiente año son pocas, de ahí que no han suspendido las pláticas y las reuniones con el propósito de lograr un consenso que pudiera traducirse en una amplia alianza opositora, la cual tendría que ser encabezada por el aspirante opositor mejor posicionamiento y el que garantice el respeto a los acuerdos y la inclusión de todas esas fuerzas en el gabinete estatal en caso de que ganaran las elecciones.

En Morena la disputa por la candidatura al gobierno de Tlaxcala está centrada entre la actual “super delegada” de la administración federal, Lorena Cuéllar Cisneros y el senador y dirigente estatal de Morena, Joel Molina Ramírez.

Aunque también se menciona a la legisladora federal Ana Lilia Rivera Rivera y a otros desconocidos militantes morenistas, la realidad es que la pelea en el partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es sólo de dos y de nadie más.

En el PAN hay tres aspirantes que si bien no dejan de trabajar y tener presencia mediática, lo cierto es que la senadora Minerva Hernández Ramos no crece en las preferencias, al igual que la eterna aspirante a gobernar la entidad la diputada federal Adriana Dávila Fernández. El ex diputado local y empresario Juan Carlos Sánchez García ( Saga) suele hacer ruido y figurar en los estudios de opinión, pero no tiene lo suficiente para ser considerado como un contendiente serio en ese partido.

El PRD está desmantelado y sin figuras. Sólo está en espera de sumarse a una alianza opositora que le permita sobrevivir. Tiene una dirigencia estatal porril que en los últimos meses ha recurrido al golpeteo tanto al gobierno federal como estatal para lograr alguna presencia mediática, porque si no fuera por esa actitud nadie hablaría ni se acordaría de ese partido con un fuerte olor a cadáver.

Por lo que respecta al PRI, las circunstancias y las condiciones parecen favorecer a la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, quien es la única militante de ese partido que trabajó en hacer realidad sus aspiraciones de convertirse en candidata y ser la sucesora del actual mandatario estatal Marco Antonio Mena Rodríguez.

Florentino Domínguez Ordoñez, actual secretario de Educación Pública en Tlaxcala no aprovecho la posición ni el respaldo que recibió de Mena Rodríguez. Lejos de mostrar capacidad y apertura, sólo se concentró en la estructura de la dependencia como si eso fuera suficiente para obtener la nominación y ganar los comicios del próximo año.

El resto de los aspirantes como Noé Rodríguez Roldán, líder del PRI en Tlaxcala, Anabel Alvarado Varela, actual secretaria de Turismo y el cuasi poeta metido a político con disfraz de mediocre funcionario estatal Manuel Camacho Higareda, no crecieron ni tampoco generaron ninguna emoción entre los priistas y los tlaxcaltecas, de ahí que ya fueron bajados de la carrera por la sucesión aunque ellos sigan pensando que aún están en el juego.

El próximo 5 de diciembre iniciará formalmente el proceso electoral en Tlaxcala. Para esa fecha se estima que Lorena Cuéllar y Joel Molina habrán dejado sus actuales cargos y estarán trabajando en sus proyectos a fin de formar parte de las propuestas que incluya Morena para someterlos a una medición a través de una encuesta y así se defina quien será el candidato oficial de ese partido.

Antes de esa fecha quizá se conozca si en Tlaxcala prosperaron las pláticas y negociaciones para conformar un bloque opositor amplio en el que participe el PRI, el PAN, el PRD y otros partidos. Anabell Ávalos se perfila para encabezar esa alianza y seguramente ocupará estos meses para sumar más grupos y políticos a su proyecto, porque está comprobado que en la entidad llega a gobernar quien hace los mejores y más diversos amarres.

La sucesión cada vez se pone más interesante.