Para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, iniciar en Tlaxcala las giras de trabajo de su segundo año de gobierno no resulta un hecho aislado o un hecho fortuito, pues aunque es sumamente cuidadoso de las formas y los tiempos, el tabasqueño no deja de ser un experimentado y visionario político que quizás aprovechará la ocasión para dejar mensajes entrelíneas en torno a quien le gustaría que en un futuro no muy lejano fuera el próximo gobernador o gobernadora de la entidad.

Hábil y dueño de sus tiempos políticos, López Obrador decidió ayer destacar a la actual administración estatal que encabeza el priista Marco Antonio Mena Rodríguez, a la cual puso como ejemplo a seguir en el país, debido a que sin recurrir a la deuda pública realiza obras importantes y de gran impacto.

Tlaxcala es el único estado que por ley tiene prohibido recurrir a la deuda pública, de ahí que no sólo la administración de Mena Rodríguez ha logrado ejecutar obras importantes en su gestión, sino también los últimos ex mandatarios que han optado por establecer ahorros o gestionar recursos ante el gobierno federal para concretar proyectos de infraestructura.

El presidente de México decidió apapachar a Marco Mena, gobernador que supo entender los tiempos y se adaptó sin problemas al estilo y proyecto de la nueva administración federal. Aunque tuvieron que pasar algunos meses, el mandatario tlaxcalteca terminó por aceptar a Lorena Cuéllar Cisneros, quien representa en Tlaxcala los intereses y programas sociales de la administración de Andrés Manuel López Obrador.

El mandatario del país sabía de las serias diferencias que existían entre Mena y Cuéllar, lo que sin duda haría complicada la relación entre ambos políticos, pero con el tiempo comprobó que ambos superaron sus rencores y que decidieron trabajar coordinadamente por el bien de los tlaxcaltecas, situación que ayuda a su proyecto político que tiene pensado para el estado, que después de Tabasco fue el que más votos le aportó para ganar las elecciones presidenciales del 1 de julio del 2018.

Las predicciones de los pitonisos tlaxcaltecas movidos desde una influyente área del gobierno del estado que pronosticaban la salida de Lorena Cuellar de la coordinación de los programas de desarrollo del gobierno federal simplemente fallaron y de ahora en adelante esa funcionaria federal empezará a tener un papel más relevante, no sólo porque se ha ganado la confianza de su jefe al darle resultados, sino porque hoy en día no existe ningún otro político o política que esté en posibilidades de disputarle la gubernatura.

López Obrador asistirá a San Pablo del Monte donde sostendrá una reunión con representantes de comunidades indígenas. Seguramente aprovechará la ocasión para apapachar a Lorena Cuéllar ya sea en público o en privado, pues eso dependerá del ambiente y el escenario que perciba el presidente de México, quien ha encontrado en el gobernador Marco Mena a un excelente aliado que se ha sometido sin ninguna resistencia a su influencia.

El presidente de México es dueño de los tiempos políticos y por esa razón marcará su propio calendario electoral. Aunque aprovechará su presencia en estados como Tlaxcala para dar mensajes entrelíneas, lo más probable es que esperará los resultados de los comicios locales de este año de Coahuila e Hidalgo para trazar la ruta que seguirá rumbo a las elecciones del 2021.

Coahuila e Hidalgo son considerados uno de los pocos bastiones que le quedan al PRI, de ahí la importancia de ver si en este 2020 ese partido logra mantener su hegemonía en esas entidades o si sufre dolorosas derrotas.

El PRI en Coahuila bajo el mando de la familia Moreira deberá demostrar que es capaz de conservar el control del Poder Legislativo en las elecciones para diputados locales, mientras que el poderoso grupo político de Miguel Ángel Osorio Chong tendrá que aplicarse para retener el dominio en los gobiernos municipales en Hidalgo.

Si el PRI pierde las elecciones locales de Coahuila e Hidalgo considerados aún como bastiones manejados por priistas de peso, seguramente enfrentará serias dificultades en los comicios del 2021 en donde estarán en juego 14 gubernaturas, entre ellas la de Tlaxcala.

El 2020 arranca bien y el juego de la sucesión de Marco Mena inicia.