Después de más de dos meses de espera, por fin el PRI en Tlaxcala decidió poner en marcha la renovación de su dirigencia estatal, proceso que se ajustará a la vieja tradición de la imposición a través del dedazo del actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, quien tratará de disimular su decisión con una absurda asamblea de delegados que se encarga de avalar, sin ninguna objeción, el nombre del priista que tomará las riendas del ex partidazo.

El PRI está lejos de cambiar y transformarse para enfrentar su nueva realidad política electoral, de ahí que el pasado sábado dio muestras de que recurrirá a sus tradicionales métodos de operación a fin de construir y generar las posibilidades que le permitan retener el poder en las elecciones del 2021.

La apuesta del ex partidazo es que en el 2020 dos de sus precandidatos a la candidatura a la gubernatura Anabell Ávalos Zempoalteca, alcaldesa capitalina y Florentino Domínguez Ordoñez, secretario de Educación, crezcan en las preferencias y busquen armar una amplia coalición opositora que les permita ubicarse como una opción real de competencia a Morena y su abanderado o abanderada que hoy en día encabezan las encuestas.

El gobernador Marco Mena decidió cerrar el proceso de renovación en el PRI en Tlaxcala y descartó por completo una consulta abierta, pues no quiso arriesgarse a perder el control del ex partidazo, lo que evidencia que no renunciará a la oportunidad de imponer a la mayoría de los candidatos para los comicios del 2021 donde seguramente el reducido, limitado y mediocre grupo menista tratará de acaparar las designaciones y dejar una que otra posición al clan marianista.

Sin hacer mucha alharaca, los priistas bajo el mando del joven mandatario están dando señales de que darán la pelea por retener el gobierno de Tlaxcala y que las elecciones del primer domingo de junio del 2021 no serán un día de campo para Morena, toda vez que a la par de que han empezado a mover la aletargada maquinaria del ex partidazo, también buscan tener una mayor presencia y acercamiento con los electores a través de diferentes programas de la actual administración estatal.

Simplemente basta con ver el presupuesto de egresos del siguiente año para comprobar lo anterior y las recientes medidas puestas en marcha como el programa “Ruta por tu Salud” que hace unos días entró en operación y que no representa ninguna novedad, ya que esa estrategia es similar a la que tenía el gobierno panista de Héctor Ortiz Ortiz y que consistía en acercar los servicios médicos a los ciudadanos y a las ciudadanas a través de unidades móviles.

Otro sector que tiene meses trabajando políticamente es el educativo, donde el gobernador Mena decidió designar como encargados a operadores priistas que saben hacer su labor como Enrique Padilla Sánchez, rector de la Universidad Politécnica de Tlaxcala, el desprestigiado Victorino Vergara Castillo que tiene el control del Colegio de Bachilleres y Teodardo Muñoz Torres, como responsable del Cecyte.

Marco Mena como buen jugador de ajedrez ya está moviendo sus piezas y conforme pasen los días y las semanas dejará ver hacia dónde se mueven sus preferencias. Su primera opción quizá sea el lambiscón y convenenciero Florentino Domínguez, pero nunca descartará a la alcaldesa capitalina que sigue siendo la mejor carta.

La disciplina y trabajo de Anabell Ávalos le puede conseguir la anhelada candidatura y demostrar que el PRI y ella pueden ser la combinación más competitiva para enfrentar a Morena.

Aunque hay otros priistas que se mencionan para la mencionada candidatura como el cuasi poeta metido a promotor del empleo y la capacitación, Manuel Camacho Higareda, la realidad es que sus posibilidades se fueron al cagadero cuando lo destituyeron como secretario de Educación para convertirlo en director del Sepuede e Icatlax.

El PRI está dando señales de vida y sólo falta ver si su trabajo le permite lograr triunfos en el 2021.