A 14 meses de que se definan los candidatos oficiales a la gubernatura de Tlaxcala, el PRD a través de su grupúsculo que se hace llamar “RJTlax” encabezado por Santiago Sesín Maldonado pretende encabezar y alentar la conformación de un bloque opositor capaz de derrotar en los comicios de junio del 2021 a Morena, partido que hoy en día encabeza las preferencias y se encamina a tomar el poder en el estado.

La presencia de ciertas figuras políticas en la convención estatal de la mencionada organización perredista que se llevó a cabo el sábado pasado alentó que sesudos analistas pronostiquen la construcción de una mega alianza opositora, cuando se trató de una cortesía política que corrieron algunos dirigentes, quienes obviamente no están desesperados en buscar una unión rumbo a las futuras elecciones.

El PRD sigue en un franco proceso de agonía y su fuerza electoral es casi nula en Tlaxcala. Carece de una figura propia que jale simpatías y por eso anda desesperado buscando en otros partidos el liderazgo que requiere para no desaparecer y, conservar, al menos, un diputado local por la vía plurinominal en la próxima legislatura.

El PAN ya fue en alianza con el PRD y los resultados han sido más que desastrosos. En el 2010 la entonces abanderada perredista al gobierno de Tlaxcala Minerva Hernández Ramos fue obligada a declinar por la panista Adriana Dávila Fernández, acción que los electores decidieron castigar y optaron por respaldar al priista Mariano González Zarur que finalmente obtuvo el triunfo.

En los comicios del 2016, la alianza ganadora (operada por Mariano González) resultó ser la encabezada por el PRI junto con el Verde Ecologista, Nueva Alianza y el Partido Socialista de carácter local quienes nominaron a Marco Mena. El PRD se ubicó en el segundo lugar al llevar como abanderada a Lorena Cuéllar Cisneros y el PAN que volvió a lanzar a Adriana Dávila se quedó en el tercer sitio.

Morena que registró como candidata a Martha Palafox Gutiérrez apenas si logró sumar el 5 por ciento de los votos emitidos y su participación fue una enorme decepción pese a que contó con todo el respaldo de Andrés Manuel López Obrador.

Para las elecciones del 2018, PRD y PAN y el grupo político de los Ortiz con su partido local el PAC decidieron ir juntos desde el principio del proceso, pero su alianza no sirvió para nada porque fueron aplastados por la fuerza de Morena que ganó no sólo las votaciones para Presidente de México, sino el Senado, las tres diputaciones federales y la mayoría de las diputaciones locales.

En ese proceso electoral el PRI también fue borrado y fue enviada al sótano de las preferencias, lugar donde aún permanece y hasta ahora realiza un tímido y mediocre trabajo para tratar de disputar la gubernatura en el 2021.

Anabell Ávalos Zempoalteca, la alcaldesa priista de la capital, sabe que sus posibilidades de ser candidata del PRI a la gubernatura en el 2021 son pocas pese a que es la militante mejor posicionada y competitiva, de ahí que quizá se presentó a la mencionada convención de ese grupúsculo del PRD con la intención de enviar un mensaje a su partido y al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, sobre todo porque está claro que la estructura del ex partidazo y de la administración estatal ya se decantó por Florentino Domínguez Ordoñez, actual secretario de Educación Pública, quien es arropado y muy promocionado en eventos y medios de comunicación para hacerlo crecer en las encuestas.

La presidente municipal de Tlaxcala tiene la invitación del PT y del PRD para convertirse en su abanderada a la gubernatura, sin embargo tendría que pasar algo muy grave para que ella renunciara al PRI y terminara aceptando tal nominación.

Ella sabe que para ganar la gubernatura de Tlaxcala no es suficiente el respaldo de esos dos partidos, pues para alcanzar esa meta sería necesario sumar al PAN y al resto de la chiquillada, ya que de otra forma sería muy complicado enfrentar al partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, conocido como Morena.

Aunque la intención de ciertos actores políticos de la entidad es unirse y crear un bloque opositor que esté en posibilidades de competir a Morena, la realidad es que se ve muy difícil y complicado que en Tlaxcala prospere una mega alianza, pero como soñar no cuesta nada hay que dejar que esos políticos de pacotilla sigan construyendo su Frankenstein.