Desde hace semanas el Congreso del Estado navega sin brújula y sin ningún líder que evite los constantes errores en la conducción de las sesiones y en la integración de la lista de los asuntos a tratar y discutir, pero sobre todo en impedir la confrontación entre diputados aliados que termina por exhibir a la Cuarta Transformación que impulsa el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Los diputados locales están obligados a reaccionar y realizar cambios antes de que el manejo de la sesiones ordinarias siga siendo un desorden y se fomente aún más la división entre el bloque mayoritario integrado por Morena, el PT y el PES, porque al final la chiquillada conformada por el PRI, PAN, PRD, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y el Verde Ecologista terminarán por decidir los asuntos importantes y relevantes en el Poder Legislativo.

María Félix Pluma Flores, la bisoña e inexperta diputada del PT, presidenta de la Mesa Directiva, carece de presencia, inteligencia y voluntad para conducir las sesiones. No tiene palabra y su ineptitud sólo ha alentado la confrontación al no respetar acuerdos.

Ayer, su ignorancia provocó un enfrentamiento entre los diputados del PAN y el PT por una iniciativa que pretendía elevar a las ganaderías de toros de lidia cien por ciento ecológicas, la cual sería aprobada según el acuerdo que ya se había acordado en la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, pero María Félix Pluma alteró lo pactado tras ser presionada por el morenista Rafael Ortega Blancas y el panista Omar Milton López Avendaño.

Fue así que esa propuesta ya no se sometió a votación pese a que ya había sido dictaminada por la Comisión de Agricultura que preside la petista Michaelle Brito Vázquez, quien lamentó que esa iniciativa se haya quedado sólo en primera lectura por el tonto proceder de la limitada María Félix Pluma, quien por cierto ayer volvió a abandonar la sesión ordinaria que ella encabeza para asistir al banderazo de inicio de una obra en el municipio de Chiautempan, dejando muy claro que lo suyo es lo social y no la labor legislativa.

Irma Garay Loredo, coordinadora de la bancada del PT y presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política optó por lavarse las manos del torpe actuar de su achichincle y a justificar el incumplimiento del acuerdo que se tenía para aprobar la mencionada iniciativa.

Más tarde y sin un líder visible entre los diputados que fuera capaz de calmar los ánimos, Michaelle Brito aprovechó la tribuna para acusar y descalificar al diputado morenista Rafael Ortega, a quien acusó de ser un atragantado porque no sólo quiere ganar como legislador y responsable del Comité de Administración del Congreso del Estado, sino como empresario encargado de las corridas de toros de la Feria de Tlaxcala y como matador de animales de lidia.

Diputado quiere chingarse todo. Le pido que deje algo para el pueblo. Decídase lo que quiere hacer y póngase a trabajar, le recomendó la legisladora de PT.

Durante el primer año de la actual legislatura hubo errores y diferencias internas, pero al menos se percibía cierto control sobre el trabajo y sobre los diputados locales por parte de quienes en su momento ejercieron la presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política, los morenistas Víctor Manuel Báez López y Ana Bertha Mastranzo Corona.

Desde que el PT tiene el control de la junta y de la mesa directiva, el Congreso del Estado navega sin orden y es obvio que se perdió la poca armonía y respeto que se tenía, lo cual es un mal augurio para la discusión del presupuesto de egresos del 2020, porque desde ahora hay diputados como el blandengue morenista Ramiro Vivanco Chedraui que anda promoviendo que el fondo para el campo que manejaron este año se cancele y sólo se deje el de obra pública para los municipios, con la salvedad de que ahora sea la Secoduvi la encargada de ejecutar y supervisar los trabajos, porque según él los alcaldes son unos avorazados.

La postura de ese diputado morenista con marcados vínculos priistas curiosamente cambió luego de que el pasado lunes sostuviera una larga plática con el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, quien acudió a inaugurar la rehabilitación de la calle 12 Oriente de la Quinta Sección de Tenancingo, donde el alcalde de esa población Daniel Martínez Serrano y ningún miembro del Cabildo se presentaron a ese evento oficial, demostrando que el secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, no tiene la capacidad de convocar a las autoridades locales que optaron por hacerle guácala al mandatario y sus invitados.

El desorden que se ve en Tlaxcala está cabrón.