Ante la incapacidad de los grupos internos para llevar a cabo un proceso legal de renovación de la dirigencia nacional y estatal del partido Morena, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló la convocatoria al III Congreso Nacional, con lo cual dejó insubsistentes todos los actos derivados, como las asambleas distritales que se desarrollaron en los últimos fines de semana y que en Tlaxcala sólo se pudo concretar una de tres convenciones.

Ahora, el Comité Ejecutivo Nacional de Morena deberá realizar en 90 días todos los actos necesarios para reponer el procedimiento de elección de sus órganos de dirección, de ahí que será hasta el próximo año cuando el partido que fundó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tenga una nueva dirigencia que se encargará de organizar a esa fuerza política para enfrentar los comicios del 2021.

Es probable que el próximo 20 de noviembre se celebre un Congreso Nacional donde los actuales consejeros aprueben una reforma a los estatutos del partido que permita utilizar la encuesta como un método para elegir a sus dirigentes, como en su momento lo sugirió López Obrador a fin de evitar los conflictos internos.

Sin embargo, no se descarta que ese partido decida reponer el proceso tal y como se venía realizando, una vez que se actualice el padrón y se dé la certeza y certidumbre de que las asambleas se pueden llevar a cabo con la participación de todos los militantes y no sólo de aquellos que quedaron inscritos antes de noviembre del 2017.

Para nadie era un secreto que el padrón de Morena no resulta confiable y que éste se encontraba rasurado. Ese partido también tenía serios problemas en su trabajo de credencialización que estableció en sus estatutos, situación que al final no garantizaba la legalidad del proceso que estaba efectuando.

A nivel nacional tres de los cuatro aspirantes a la dirigencia de Morena aplaudieron el fallo del TEPJF. Yeidckol Polevnsky, Mario Delgado y Alejandro Rojas coincidieron en que fue un fallo acertado y reiteraron que el mejor método que puede emplear el partido para designar a sus líderes es la encuesta.

Sin embargo, Bertha Luján, criticó la decisión de la autoridad electoral y acusó a sus adversarios de estar “meciendo la cuna del tribunal”.

“Todos aquellos que insistieron todos los días en echar abajo el padrón, el proceso electoral de Morena, son cómplices de este atropello y ellos están dentro de Morena, los tenemos que denunciar porque fueron el piso por el cual estos señores caminaron a este terrible laudo del tribunal”, acusó en un pronunciamiento afuera de las oficinas del TEPJF.

La anulación de la convocatoria representa un duro golpe al grupo de Bertha Luján que en Tlaxcala era respaldada por los actuales senadores de ese partido, Ana Lilia Rivera Rivera y Joel Molina Ramírez, quienes aspiraban a controlar ese instituto político en el estado a fin de estar en posibilidades de imponer candidatos no sólo a la gubernatura, sino a las diputaciones federales y locales, así como a las alcaldías y presidencias de comunidad de los comicios previstos para el primer domingo de junio del 2021.

Las ambiciones de esos morenistas y de ese grupo al interior del partido tendrán que esperar mejores tiempos para lograr su enorme deseo de control absolutamente esa fuerza política, porque por lo que se ve terminará imponiéndose el método de la encuesta para designar a sus dirigentes.

La renovación de la dirigencia estatal de Morena entrará en un impasse que seguramente enfriará los actuales ánimos y permitirá que en enero o febrero del próximo año haya otras condiciones que ayuden a transitar a una elección de sus líderes sin enfrentamientos y descalificaciones, pues esas circunstancias sólo terminan por afectar la imagen del partido que llevó a López Obrador a la presidencia del país.

Ojalá los morenistas aprendan de esta lección y corrijan su rumbo si es que quieren seguir contando con el respaldo de los ciudadanos.