Pronto se verá si en los hechos los diputados locales realmente propusieron un presupuesto menor en 20 millones de pesos con respecto al de este año que fue superior a los 244 millones de pesos, pues el documento que avalaron en una sesión privada establece que para el 2020 dispondrán de más recursos públicos y mantiene los excesos en comida y bebidas, por lo que es un hecho que decidieron guardar en el sótano del Poder Legislativo cualquier indicio de austeridad.

La versión oficial del Congreso del Estado difundida en un escueto e impreciso comunicado pronto podría irse a la basura cuando se haga público el anteproyecto de presupuesto de egresos del próximo año y se compruebe que éste incluiría un incremento del 5 por ciento (alrededor de 14 millones de pesos) y que diputados como el morenista Víctor Manuel Báez López, el neopetista y ex perredista, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes y la opaca y pazguata legisladora del PT y presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política, Irma Garay Loredo, alentaron al resto de sus compañeros a conservar sus lujos y privilegios.

Aunque hubo legisladores (María Ana Bertha Mastranzo Corona, Michaelle Brito Vázquez, María de Lourdes Montiel Cerón, Víctor Castro López y Ramiro Vivanco Chedraui) que propusieron reducir el presupuesto del Poder Legislativo para el siguiente año con decisiones pragmáticas como cancelar el oneroso comedor, la compra de agua mineralizada Pierret y otros gastos superfluos, la realidad es que los morenistas de doble moral apoyados por los ladinos diputados del PES y el resto de las insaciables del PT optaron por mantener esos lujos y seguir comiendo salmón y otras exquisitas comidas a costa del dinero del pueblo.

Estudios del el Instituto Mexicano para la Competitividad demuestran que el Congreso de Tlaxcala no sólo es improductivo, sino que tiene un alto costo para los ciudadanos por la enorme cantidad de recursos que se destinan para mantener a 25 diputados que disponen de millonarios fondos para entregar apoyos sociales que nunca llegan a los tlaxcaltecas.

La actual legislatura bajo el control de Morena y sus aliados el PT y el PES salió igual o peor que las anteriores. El ofrecimiento de hacer realidad la austeridad republicana y terminar con los excesos que caracterizaban a las pasadas legislaturas que controló el PAN, el PRD y el PRI sólo se quedó en el discurso, porque en los hechos los diputados locales que forman parte de la Cuarta Transformación que impulsó el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, son tan voraces como aquellos que tanto criticaron y que en su momento los ciudadanos y ciudadanas tlaxcaltecas decidieron castigar.

Pronto se conocerá quiénes fueron los diputados que avalaron ese amañado anteproyecto de presupuesto de egresos y los detalles que contiene ese documento que esconde varios gastos superfluos.

La mediocridad de la actual legislatura es evidente, por lo que no resulta extraño que cada día caven más profundo el hoyo donde seguramente quedará enterrada una vez que concluya su periodo.

El insufrible Pérez Carro se queda

Sin tener elementos legales o el fallo de un juez, el gobernador de Tlaxcala Marco Antonio Mena Rodríguez decidió salir a la defensa de su cuestionado secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro.

El joven mandatario que evadió el tema de Pérez Carro por varios días por fin rompió el silencio para dejar entrever que el ex fiscal de la PGR sobre el caso Ayotzinapa es inocente y que la Fiscalía General de la República no encontrará ningún elemento para vincularlo a un proceso penal por la pésima investigación que se hizo para esclarecer la desaparición de 43 normalistas registrada el 26 de septiembre del 2014.

Lo anterior fueron los argumentos de Mena Rodríguez para confirmar que José Aarón Pérez seguirá en la Secretaría de Gobierno, lo cual no cambiará en nada las cosas en el gobierno del estado, porque para nadie es un secreto que ese funcionario está lejos de ser el número dos en la actual administración, pues el que realmente desempeña esa función y ejerce el poder en las constantes ausencias de Mena Rodríguez es el poblano Alberto Amador Leal.

Pérez Carro es un títere y una figura decorativa que el gobernador conservará para seguir contando con el afecto de la ex gobernadora Beatriz Paredes Rangel. Así de simple.