Andan desatados los integrantes de una tripleta cuasi invencible, conformada por panistas de cepa, calderonistas y claro, orticistas, todos ellos enfundados en un traje bajo las siglas del adrianismo.


Nadie quiere perder en la elección del cuatro de julio. Creo que es lógico, ¿verdad? Pero, en el pensamiento de los candidatos, advierto, se desborda la siguiente idea: si yo pierdo, nadie gana. Y sobrevienen frases como aquella de que nos acercamos a unos comicios judicializados.

Vemos a un sobreactuado representante del PRI en el Instituto Electoral de Tlaxcala (IET), Martín Darío Cásares Vázquez que no deja títere con cabeza y, de lado de Adriana notamos como los dos ex presidentes de dicho órgano ciudadano, Jesus Ortiz Xilotl y Patricio Lima Gutiérrez, se encuentran atrincherados esperando el momento de descargar metralla en contra del tabasqueño.

Seguro. Esa es la apuesta de varios. Que la elección se anule si los resultados no me favorecen; y tienen calculados escenarios que posibiliten este fracaso electoral.

Se diluye elección en tercios

Nos parece que los candidatos de las alianzas Progreso para Tlaxcala, Adriana Dávila y, Unidos por Tlaxcala, Mariano González Zarur, son quienes llegarán al final del proceso.  Por lo pronto, disputan lo que se mueva para subirlo a su carro. He ahí el ejemplo de la diputada federal Perla López Loyo y su reciente cambio de chaqueta, del PAN al PRI.

Disponemos de elementos que nos permitirían sugerir el siguiente escenario, luego del “bazucazo al cerebro del gobernador Héctor Ortiz” (así describió Mariano la suma de Perla a su causa):

1.- Entiendo que la reciente gira del senador Santiago Creel Miranda, a tierras tlaxcaltecas no constó sólo de participar en actos como el de San Pablo del Monte, donde el güero totalmente palacio demostró su habilidad para hacer discurso partiendo de unos cuantos datos. En realidad sus motivos obedecían a temas más elevados. Acompañado por el otro senador panista, Alberto Cárdenas Jiménez, encabezaría una mesa para persuadir a su gran amiga, la senadora panista (todavía y parece que por mucho tiempo) Rosalía Peredo Aguilar, para sumarse a la causa adrianista a cambio de enormes, portentosas prerrogativas, entre las cuales se hallan el compromiso de ese poderoso PAN al que representan para que las gestiones de la luchadora social sean incluidas en el Presupuesto Federal del próximo año. Se trata de una causa multimillonaria que aseguraría cantidades soñadas solo por quien las propuso, Rosalía, para detonar una nueva etapa en los ámbitos productivo, industrial y sobre todo social. Por si fuera poco, en la próxima administración (si así lo deciden los votos del cuatro de julio) los espacios de cogobierno asignados a Rosalía ( Finanzas, Fomtlax, Protección Civil, entre otros) no sólo se conservarían sino que podrían incrementarse. Como puede verse, la exitosa campaña –aunque modesta – de la pupila de Natalia Teniza, plantea potenciar desde la vida de su partido, el Socialista –con un desempeño diez veces superior al partido del gobernador, Alianza Ciudadana (PAC) –  hasta el bienestar de su influyente y creciente grupo. Lo que le piden es la actitud de una política con causa –como es el aceptar el apoyo a Adriana a cambio de las ventajosas condiciones planteadas – que si bien habrá de aceptar que no aún le asiste la suficiente fuerza electoral como para participar en una disputa pareja por la gubernatura de Tlaxcala. Sin embargo, al representar más de la décima parte de la votación (sus dirigentes aseguran que los respaldan 40 mil sufragios) el aspirar a que se active el mecanismo de voto diferenciado faltando nueve días para el cotejo, podría ser la verdadera estrategia no sólo del orticismo, sino de un vasto equipo que incluye al PAN doctrinario, desde luego al del presidente Felipe Calderón y, nada más por no dejar, al del gobernador Héctor Ortiz (a la larga el principal activista de la campaña de Adriana Dávila).

2.- Si el adrianismo (ya vimos que en este momento esta corriente engloba por lo menos tres poderosas fuerzas: PAN-Calderón-Ortiz) consigue parte de los cuarenta mil votos de Rosalía Peredo, mediante el voto diferenciado (que parece ser una de las herramientas con las que los partidos pequeños pero actualizados tienen listas para activarlas cuando así convenga a sus intereses) no puede dejar de lado la enorme oportunidad que en este momento lo liga con un aliado, el PRD, con el cual comparte el rechazo a que el PRI regrese al poder. Sabemos que en la reciente reunión del líder perredista nacional, Jesús Ortega y el gobernador Héctor Ortiz, se analizó ante todo la impresionante fuerza del candidato priísta, Mariano González, quien en este momento ganaría sin mayor problema, gracias al tres por ciento de ventaja sobre su adversaria de progresopatlax. Entonces, comenzaría a trabajarse en idear los mecanismos para que la candidata de Transparencia y Honestidad, Minerva Hernández Ramos (al día de hoy la mujer más valiosa para el perredismo nacional, debido a su preparación académica, a su rendimiento parlamentario y a su disciplina como política) recorra los caminos que la lleven a una suma de facto, sin que esta se considere una dimisión entendida como fracaso electoral. Y algunos de los escenarios analizados tienen que ver con el crecimiento exponencial de Minerva como causa, apoyada por un partido que aspire a una estructura decente, con base en las prerrogativas indispensables para un desempeño alejado de los sobresaltos económicos. Qué tal el impulso de Minerva para sustituir a Jesús Ortega en la presidencia del Comité Nacional perredista; qué tal dinerito suficiente para que el perredismo tlaxcalteca deje de pensar en que en este momento ya gastaron hasta lo que correspondía a diciembre. El partido está en bancarrota, pero la candidata brilla con luz propia. Y el vendedor más grande del mundo, también conocido como Jesús Ortega Martínez, ya tuvo su audiencia con el gobernador Héctor Ortiz Ortiz. Al parecer estos que, mostramos aquí arribita, serían los temas que trataron y que para nada se me hacen lejanos en esta lucha a muerte por hacer de la siguiente una elección en pares y por tratar de superar el “bazucazo al cerebro del gobernador”.

With money dancing de dog (con dinero baila el perro, criatura, como lo diría Piporro) y dicho sea con honestidad a muchos les conviene bailar ya sea como bóxers o como xolozcuintles, pero por lo menos tener la esperanza de bailar en este tiempo en el que parece inexorable el retorno del PRI al poder, primero, por ser el proyecto con la suficiente trayectoria para poder utilizar las ideas de experiencia y prestigio; lo que no sucede con el PAN, sometido al suicidio en los últimos diez años, cuando le ha tocado gobernar, ya sea a través de acciones como las emprendidas por Vicente Fox y su frustrado intento de desafuero a AMLO, o ya por el aiga sido como aiga sido, alejado de todo principio demócrata como lo plantean los fundadores de este partido desde 1939.

¿Interesa el desarrollo del país, la convivencia entre personas con distinta filiación, la democracia?, no, creo que lo único que le interesa al gobierno de Calderón es defenderse como gato panza pa’rriba de la ola roja que, en estados como Tlaxcala, donde las cosas pudieran ser desventajosas para el tricolor, se las está viendo negras. Imagine usted lo que se vive en Puebla, Veracruz o Oaxaca, donde el gobierno federal ha tenido que recurrir al espionaje para lanzar las peores descalificaciones no le aunque que se recurra a la ilegalidad como aquello de difundir las grabaciones, eso sí, viles, de Fidel Herrera, ante el beneplácito de Felipe Calderón.