Los reacomodos al interior del Congreso del Estado siguen y ayer se concretó el cambio del coordinador de la fracción parlamentaria de Morena, responsabilidad que asumió José María Méndez Salgado, a quien se le vincula al grupo que encabeza el ex presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política, Víctor Manuel Báez López, quien dice ya tener de nuevo el control del Poder Legislativo tal y como pasó hace un año.

Ahora habrá que ver si los movimientos resultan positivos no sólo para el grupo político de Báez López, sino para el Poder Legislativo que necesita dar resultados y sacudirse los señalamientos que pesan en su contra de ser una legislatura igual que las otras sin rumbo, sin objetivos y sin compromisos claros y sobre todo solapadora de la corrupción.

La llegada de las diputadas Irma Garay Loredo y María Félix Pluma Flores a las presidencias de la Junta de Coordinación y Concertación Política y de la Mesa Directiva del Congreso local, respectivamente, no ha sido lo que se esperaba, pues la inexperiencias de ambas es más que evidente así como su falta de preparación para desempeñar esos cargos.

La primera ha tenido problemas para integrar los puntos a tratar en el pleno y su falta de oficio político no sólo ha provocado que se bajen algunos puntos anunciados en el orden del día de las sesiones ordinarias, sino que sus aliados como el PAN, PRD y PRI no están conformes con el desempeño de la petista que sólo se deja manipular por su padre el diputado federal y eterno dueño del PT en Tlaxcala, Silvano Garay Ulloa y el morenista Víctor Manuel Báez.

La segunda muestra claramente su novatez y su falta de profesionalismo en cada sesión ordinaria del Poder Legislativo. Su comportamiento en los eventos públicos donde representa al Congreso del Estado es gris y en pocos días ya devaluó esa figura por no tener una digna presencia. Ayer hizo el ridículo al encabezar el simulacro que se llevó a cabo para conmemoración de los sismos registrados el 19 de septiembre de 1985 y del 2017, pues fue evidente que no sabía cómo realizar esa labor ni tenía idea en dónde se encontraban las salidas de emergencia del inmueble localizado en la calle Allende donde dice trabajar desde hace más de un año.

Sus aires de diva la invaden y la hacen ver como una muchacha sin carácter y que necesita en todo momento ser manejada para que no la cague cada vez que sus limitadas neuronas deciden activarse.

José María Méndez deberá mostrar oficio político y tratar de unir a la fracción que coordina desde ayer, pues el grupo de morenistas que preside Ana Bertha Mastranzo Corona no quedó muy contento con el movimiento.

En los próximos días veremos si los legisladores locales de Morena se unen o siguen divididos. Si el cambio funcionó o también es una decepción como pasó Garay y la muchacha de apellido Pluma.

Otro cambio que hicieron los diputados locales y que resultó una total decepción fue el de Didier López Sánchez, presidente de del Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Tlaxcala (IAIP), quien en julio pasado asumió el cargo de la destituida Marlene Alonso Meneses que al menos representaba con dignidad hace organismo.

Resulta que el comisionado sigue comportándose como un fiel subordinado de la Secretaría de Gobierno donde despacha el desprestigiado José Aarón Pérez Carro, pues pareciera que nunca ha dejado su responsabilidad en esa dependencia de donde salió para controlar el IAIP, quizá porque ahí le permiten lucirse como un gato de angora.

La noche del 15 de septiembre más que desempeñarse como un invitado más a los festejos del Grito de Independencia de México, a Didier López se le vio organizando las mesas para recibir a los selectos y privilegiados políticos que decidieron acompañar al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.

El multifuncional comisionado del IAIP lo mismo la hizo de barman que de mayordomo y hasta cadenero de Palacio de Gobierno, dándole en la madre a su cargo que si no le interesa desempeñar con dignidad que renuncie para que otra persona lo ejerza con mayor altura.

Su servilismo es insultante.