Si muchos se quejaban de que la peor procuradora que había tenido Tlaxcala era Alicia Fragoso Sánchez, el actual responsable de esa dependencia amenaza ya con desbarrancar de esa posición a la también conocida como la fiscal de hierro. Según policías, personal administrativo, peritos y ministerios públicos, el “académico” José Antonio Aquiahuatl Sánchez encabeza una compleja red funcionarios que al parecer estaría más dedicada a sacar provecho que en realizar su trabajo con eficacia.

Los integrantes de esa compleja red deben reportarse cada viernes con el “padrino” Aquiahuatl. Nunca ha faltado su comadrita Abigail Sánchez Nery, ministerio público asignada al municipio de Huamantla, José Manuel Hernández Luna, auxiliar del ministerio público en la mesa especializada en robo y recuperación de vehículos de Apizaco, Eduardo José Medina Domínguez ministerio público de la mesa especializada en homicidios dolosos, Jesús Ortega, comandante regional de Tlaxcala, Roberto Texis Texis, subprocurador y una tal Brenda, que se desempeña como jefa del departamento de investigación del delito.

También hacen acto de presencia Pedro Sánchez Ortega, fiscal anticorrupción, Laraine Luna López, adscrita a la sala penal en el Tribunal Superior de Justicia, Clara Texis, jefa de atención inmediata, Montserrat Montiel Paredes, subjefa del departamento de investigación del delito en Apizaco, David Mejía Morales, encargado de la dirección de la policía de Investigación y Juan Nava Xelhuantzi, mano derecha y particular del procurador Aquiahuatl.

De acuerdo con versiones al interior de la PGJE, mismas que puede o no creer, Abigail Sánchez Nery, quien es comadre del “padrino”, al inicio de la gestión de su amigo se desempeñaba como auxiliar en la mesa de vehículos de Apizaco, pero por su cercanía al ahora jefazo fue nombrada como ministerio público en el municipio de Huamantla, lugar donde el aseguramiento de bodegas con mercancía robada suele ser un negocio redondo.

Y no crea que los únicos rayados con esa truculenta actividad serían los hampones, ya que se dice que “la comadre” participaría también de esas ganancias. Un dato que llama la atención es que desde que fue nombrada y hasta la fecha la ministerio público no ha judicializado ninguna carpeta de investigación, pues al parecer está preocupada en comprar regalos y recabar todos los chismes posibles para que el mero mero siga contento. Obviamente el reporte siempre va acompañado de algo más.

Esa funcionaria que hoy dice ser una mujer muy influyente, presume que pronto ocupará un cargo importante dentro de la PGJE gracias a la espectacular fiesta que le organizó hace unos días a su compadrito Aquiahuatl con motivo de su primer año como gris procurador.

José Manuel Hernández Luna, un criminólogo con funciones de auxiliar de ministerio público y con sueldo de ministerio público, juega un rol importante dentro de la mencionada red, ya que al ser el ahijado del “padrino” fue asignado a la mesa de vehículos en Apizaco.

Los enterados aseguran que en esa área día a día no falta la puesta “mordida” para facilitar la devolución de unidades o de bodegas aseguradas con mercancía robada. Manolo como es conocido por sus cuates, suele presumir cuando se encuentra en estado de ebriedad que sus “ganancias” suele compartirlas con el mero mero y con la subjefa Montserrat Montiel.

El ahijado ha sido señalado por varios abogados en haberles pedido dinero y no hacer el trámite legal correspondiente, incluso se lo han dicho en su cara y en presencia de Montserrat Montiel, quien al ser parte de esas triquiñuelas del recomendado del “padrino” opta por no hacer nada al respecto.

Eduardo José Medina Domínguez, un mediocre ministerio publico quien está en la mesa de homicidios de Tlaxcala, junto con el grupo de agentes de la policía de investigación solicitaría “estímulos económicos” a los familiares de los homicidas para que éstos no sean detenidos, queja que es recurrente escuchar y que incluso se habla de que hay grabaciones de esos ilícitos requerimientos.

Además, cuentan que ese ejemplar funcionario de la PGJE le ha dado por asegurar casas para luego pedir jugosos incentivo a cambio de devolverlas. Este ministerio público también es el encargado de llevar no sólo un reporte abultado, sino el alcohol, las cocas y las aguas a los eventos privados donde suele estar el “padrino”.

Jesús Ortega, comandante regional encargado de dirigir a los grupos de investigación y el verdadero director de la policía de la PGJE, pues su palabra vale más que la del encargado David Mejía Morales, ya opera en Tlaxcala porque según las fuentes tuvo que dejar Apizaco donde se le relacionaba con la mayoría de las supuestas bandas criminales que operan en esa ciudad, situación que ya era mal visto por las autoridades municipales y federales.

Roberto Texis Texis, subprocurador y supuesto aliado de familias dedicadas a actividades cuestionables, estarían siendo “observado” por la extraña protección que daría a ciertos personajes investigados por su relación con la trata de personas. Es el responsable de dar las indicaciones de a quién si se judicializa y a quién no a cambio de los supuestos arreglos que se hayan concretado.

Brenda, conocida como la mujer con más influencia en la PGJE, no puede ocultar sus bajos conocimientos en la judicialización de las carpetas de investigación, sin embargo por otras razones fue nombrada como jefa del departamento de investigación por ser la consentida del “padrino”.

Ella también suele operar los movimientos de las carpetas de investigación y verificar donde se realizará una diligencia importante para frenarla y esperar a que exista un buen impulso procesal. Es de las privilegiadas que en poco tiempo ha visto mejoría en su situación económica, al grado que a su esposo ya se le ve manejando un vehículo marca Volkswagen, tipo Jetta modelo 2019.

Pedro Sánchez Ortega, quien fue nombrado como fiscal anticorrupción cuya labor no ha servido para nada porque no ha entregado ningún resultado, siempre está pendiente de cumplir y acatar las órdenes de su jefe, de ahí que no avance ni una carpeta que existen contra varios ex presidentes municipales acusados de malversar recursos públicos.

Laraine Luna López, la ministerio público que se inició cuando el “padrino” se desempeñara como ministerio público, recibiendo de éste todos los secretos que se deben hacer dentro de las carpetas de investigación, hoy goza de la protección incondicional de su jefe.

Después de que despidieron a José Antonio Aquiahuatl como ministerio público, Luna López fue nombrada en ese cargo con funciones de visitadora. En ese entonces, el procurador Pedro Molina, habría dado indicaciones para que se consignaran las carpetas de investigación en contra del hoy representante de la PGJE por diferentes delitos cometidos por servidores públicos, pero su alumna simplemente se negó a proceder contra su mentor, lo cual le implicó un castigo al atender una mesa especial.

Pero hoy que su jefe es el mero mero resulta que es una de las consentidas.

Clara Texis, quien era la jefa de atención inmediata y ahora ministerio público de homicidios. También es una de las consentidas del “padrino”, pues al igual que Luna López fue su alumna. Ambas le aprendieron las mañas al audaz abogado, de ahí que esté asignada a una mesa donde hay disponibilidad financiera.

Montserrat Montiel Paredes, figura importante en esta red, nunca ha judicializado ni integrado alguna carpeta de investigación, pero gracias a lo sumisa y comunicativa que es fue nombrada como subjefa en la PGJE desde el sexenio pasado. La mujer quien es íntima amiga de Juan Nava Xelhuantzi, ha podido mantenerse en su cargo, aun cuando suele hablar mal de su protector a quien no baja de naco, negro y otros descalificativos más que lanza por el físico de ese funcionario.

David Mejía Morales solo cubre la dirección de la policía de investigación. En los hechos ya no realiza ningún tipo de las funciones que debe desempeñar, pues se sabe que Jesús Ortega es quien realmente manda y ordena en la policía.

Juan Nava Xelhuantzi, la mano derecha del “padrino”, es el encargado de dirigir, ordenar y coordinar los movimientos donde hay cierto interés dentro de la procuraduría. Se muere por ser el subprocurador, pero enfrenta una denuncia por tortura por parte de ex policías estatales.

En el sexenio pasado se desempañaba como ministerio público de la unidad de secuestros, de ahí que permitió que a los policías estatales acreditables acusados de cometer un secuestro exprés fueran torturados para aceptar ese delito que nunca cometieron.

Ahora que los ex policías estatales demostraron su plena inocencia, éstos denunciaron a Juan Nava junto con la ex procurador Alicia Fragoso, sin que hasta ahora exista la menor intención de integrar ese expediente para llevarlos ante la justicia por el supuesto delito de tortura.

Hay que recordar que Nava Xelhuantzi por judicializar mal una carpeta de investigación fue dado de baja antes de que terminara el sexenio pasado, sin embargo una vez que su amigo fue designado procurador fue recontratado de manera inmediata sin que haya importado que enfrentara una denuncia por tortura.

Esta larga radiografía de la red que existe en la PGJE explica claramente porque esa dependencia no da resultados.