Héctor Ortiz y Beatriz Paredes se enfrentarán el 4 de julio. De ambos depende que sus respectivos candidatos obtengan el triunfo en los comicios para la gubernatura de Tlaxcala, pues el que sea más eficiente en la operación saldrá con la victoria.


¿Un debate entre los candidatos al gobierno de Tlaxcala sería determinante para definir la elección prevista para el 4 de julio?

En lo personal creo que no, pues a estas alturas del proceso existe una polarización de los ciudadanos y las campañas se han salido de control, debido a que prevalecen más los ataques y las descalificaciones que las propuestas.

Y es aquí, donde personajes como el gobernador Héctor  Ortiz y Beatriz Paredes asumen un papel relevante para definir la lucha por la gubernatura de Tlaxcala.

Si la panista Adriana Dávila gana los comicios, su triunfo estará sustentado en la estructura y operación del gobernador Héctor Ortiz.

Ella ya aportó lo que podía, sin embargo  en las últimas semanas ya entendió que su figura y el apoyo del presidente Felipe Calderón no le alcanzan para obtener el triunfo, de ahí que su sueño de convertirse en gobernadora depende de la eficacia y eficiencia con que Héctor Ortiz opere el día de la jornada.

Lo malo para el mandatario, es que en esta ocasión enfrentará a su maestra, Beatriz Paredes, quien mañana jueves demostrará a los priistas y a otros sectores de la sociedad tlaxcalteca que su decisión de ganar su estado natal es cierta  y que hará todo lo posible para que Mariano González  triunfe el 4 de julio.

A los operadores que ya apoyan la campaña de Mariano González, se sumarán los del equipo personal  de Beatriz Paredes, quienes se encargarán de garantizar la movilización de los priistas el día de la elección, de la cobertura y vigilancia de las casillas y de recabar sin alteraciones las actas de escrutinio.

Beatriz Paredes conoce a Héctor Ortiz y viceversa, por lo que el 4 de julio el triunfo para cualquiera de los candidatos al gobierno de Tlaxcala dependerá de la decisión que asuman los ciudadanos que están dentro de ese porcentaje tan elevado que existe de personas indecisas y que aún no saben a quién darán su voto.

Si bien se dice que aún prevalece un empate técnico en las mediciones electorales entre Adriana Dávila y Mariano González, lo cierto es que ambos candidatos saben que el porcentaje de indecisos es superior al 25%.

La incertidumbre existe y la polarización entre los electores tlaxcaltecas es tan evidente que a estas alturas ya nadie sabe quién es el bueno y  quién es el malo, quién miente y quién dice la verdad, quién tiene experiencia y quién es un improvisado.

Por lo pronto, dicen que en los próximos días TV Azteca dará a conocer los resultados de una encuesta que contrató al despacho Blanco y Asociados para conocer las preferencias electorales en Tlaxcala, ejercicio que puede dar certidumbre a algunos o a elevar el nivel de descalificaciones que ya existe.