A casi seis meses de iniciado el gobierno de la cuarta transformación, éste no avanza al ritmo esperado ni ha tenido la capacidad de hacer realidad los programas sociales, por lo que el presidente de México Andrés Manuel López Obrador ya empezó a comprobar que no todos sus colaboradores tienen la capacidad administrativa que se requiere para aterrizar y operar con eficacia y eficiencia los recursos públicos.

La mañana de ayer el mandatario del país sostuvo una reunión con su gabinete donde también fueron convocados los “superdelegados”, a quienes se les pidió redoblar esfuerzos y dejar la comodidad de sus oficinas y escritorios para garantizar que programas como el de Adultos Mayores, Personas con Discapacidad, Jóvenes Construyendo el Futuro y el de Becas para Estudiantes se concreten a la brevedad, porque los beneficiarios se han empezado a desesperar y a molestar porque los recursos prometidos nomás no llegan a sus manos.

Ningún “superdelegado” se salvó y todos recibieron un jalón de orejas, ya que hasta ahora no hay un solo estado en el país que pueda presumir que los mencionados programas operan al cien por ciento, situación que ha comenzado a golpear la imagen y aceptación del presidente López Obrador y de su partido Morena.

Hace diez meses Morena tenía una aceptación del 50 por ciento en las pasadas elecciones presidenciales y hoy es del 38 por ciento, lo que demuestra que los ciudadanos han dejado de respaldar a esa fuerza política, según los resultados de un estudio de opinión realizado por la casa encuestadora Arias Consultores.

Además, hay programas como el de Jóvenes Construyendo el Futuro que ha perdido credibilidad y aceptación entre ese sector de la población, pues cuando se difundió que los participantes podrían recibir capacitación laboral hasta en tianguis, los aspirantes a recibir 43 mil 200 pesos al año se desanimaron porque dudo que muchos quieran convertirse en carniceros o empleados de una pollería o tlapalería, así como ayudar a tianguistas o ser “office boy” de diputados locales.

En Tlaxcala “superdelegada” Lorena Cuéllar Cisneros ha trabajado para cumplir con las metas establecidas por la administración federal que encabeza el tabasqueño, sin embargo es una realidad que su equipo de colaboradores de segunda división no le ayuda, lo cual terminará por afectar sus aspiraciones para lograr la candidatura de Morena al gobierno del estado, pues en una reciente entrevista que se difundió en internet reconoció que también está trabajando para cumplir ese objetivo.

Si bien la entidad no se ubica en los últimos lugares de cumplimiento de metas de los programas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tampoco está entre los estados con mayor avance. Los funcionarios que ayudan a Lorena Cuéllar quizá puedan presumir cargos en la administración pública estatal y municipal, pero su labor ha sido más política que operativa y por esa razón se registran inconsistencias.

El desgaste de ser gobierno ya los alcanzó y de mantener el actual ritmo pronto iniciarán los reclamos de los ciudadanos que tendrán elementos para exigir resultados, porque seis meses es un tiempo razonable para cumplir con los ofrecimientos que se hicieron.

No sería honesto reconocer que ese proceso afectará más a Lorena Cuéllar que a otros aspirantes de Morena a la candidatura del gobierno de Tlaxcala, como el senador Joel Molina Ramírez que no pierde la oportunidad para establecer alianzas y mostrarse como otra opción con posibilidades de obtener la anhelada nominación, que incluso no sería del desagrado del actual mandatario estatal, el priista Marco Antonio Mena Rodríguez.

Otra desventaja que también enfrentará la “superdelegada” es que desde ahora todos sus errores e incumplimiento de metas de la administración federal serán magnificados no sólo por sus adversarios políticos, sino por sus enemigos internos en Morena y en el gobierno de López Obrador que están más que dispuestos a unirse para evitar que se convierta en candidata al gobierno de Tlaxcala.

La posición de “superdelegada” lejos de ayudarla quizá le perjudique más en sus aspiraciones. El tiempo nos dará la respuesta.