Ahora resulta que el eficaz y eficiente secretario de Educación Pública de Tlaxcala, Manuel Camacho Higareda, es víctima de los recortes presupuestales en ese sector que lleva a cabo el gobierno federal y de los excesos que pretende conservar el líder de la sección 31 del SNTE, Refugio Rivas Corona, que mantiene desde hace cuatro semanas un paro en las normales de la entidad.

 

Valdría la pena que Camacho Higareda suspendiera unos días su permanente campaña de promoción como precandidato del PRI al gobierno del estado y dedicara un tiempo a sostener “negociaciones machas” para poner fin a los conflictos que se viven en el sector educativo del estado, porque éstos corren el riesgo de crecer y propagarse ante la evidente debilidad que han mostrado las autoridades estatales para poner un hasta aquí a los maestros normalistas y al personal docente del Cecyte y del Colegio de Bachilleres.

Ayer, los maestros del subsistema del Cecyte que se encuentra sin cabeza desde diciembre del año pasado se fueron a un paro que afectó a 12 mil alumnos. Para el jueves y viernes harán lo mismo los profesores del Cobat, medida que de consumarse dejará sin clases a 16 mil estudiantes.

El personal de ambos subsistemas educativos se queja por el recorte de hasta el 20 por ciento en primas de antigüedad, prestaciones y otros gastos que aplicó el gobierno federal que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, decisión que obviamente tendrán repercusiones en Tlaxcala.

Los problemas en los mencionados subsistemas educativos no son nuevos, pues desde hace meses se conocía que las autoridades tanto del Cecyte como del Colegio de Bachilleres tenían adeudos con el personal, de ahí que al confirmarse un nuevo recorte en sus prestaciones los maestros dejaron la parsimonia para optar por los paros, con los cuales buscan hacer evidente su malestar y presionar para tratar de conservar sus logros sindicales.

Si bien ese conflicto tiene su origen con una decisión del gobierno federal de López Obrador, la realidad es que tanto el Cecyte y el Colegio de Bachilleres son controlados por el gobierno del estado a través del aspirante a poeta Manuel Camacho, quien le guste o no tendrá que lidiar con ese problema porque sencillamente es su responsabilidad.

Su desdén para solucionar conflictos es tan grande como su pesado ego, pues lo suyo es aparecer al lado del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez en actos del sector educativo y en ceremonias oficiales, así como pronunciar discursos llenos de demagogia y tomarse fotos con alumnos y maestros en eventos controlados para que se trate de vender como un eficiente funcionario cercano a los estudiantes, pero sobre todo que trabaja incansablemente por la educación.

Camacho Higareda ha sido incapaz de solucionar el paro que se registra en las escuelas normales de la entidad, el cual va para su cuarta semana en donde ha habido intentos de negociación que no han terminado nada bien porque los maestros y estudiantes demandan la salida de Antonio Pérez Varela de la dirección de Educación Terminal de la USET, quien al parecer es tío de la influyente ex secretaria de Gobierno y candidata perdedora del PRI al Senado, Anabel Alvarado Varela.

Los maestros afiliados a la sección 31 del SNTE acusan a Antonio Pérez de incurrir en anomalías y excesos como funcionario estatal, señalamientos que también reciben los docentes en paro por parte de las autoridades educativas que además acusan al rapaz dirigente del sindicato de maestros, Refugio Rivas, de encabezar una protesta para conservar sus privilegios y mantener en la nómina a varios profesores que cobraban sin trabajar.

La problemática en el sector educativo de Tlaxcala no es nueva y ha sido la constante desde que inició la actual administración estatal que preside el mandatario Marco Mena, quien quizá debería valorar la conveniencia o no de sostener como secretario de Educación al sensible Manuel Camacho que podría ser movido a otra posición dentro del gabinete estatal que le permita seguir con su precampaña para obtener la candidatura del PRI al gobierno de estado sin enfrentar tantas críticas por su pésima labor como encargado del sector educativo.

Los que conocen el sector educativo de la entidad dicen que los problemas que se tienen en estos momentos son el comienzo de lo que se viene. Pronto el gobierno estatal deberá enfrentar el malestar magisterial que existe y que por dos años se ha guardado. Será, es pregunta.