Manuel Camacho Higareda, responsable de la Secretaría de Educación Pública en Tlaxcala, debería dejar un tiempo su campaña permanente de promoción y con evidentes rasgos políticos electorales para dedicarse a atender los asuntos propios de su dependencia, donde es común enterarse de abusos contra alumnos y maestros.

El académico con aspiraciones políticas de convertirse en el sucesor del actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez aprovecha cualquier oportunidad para promoverse y mostrarse muy interesado en la educación de niños y jóvenes, lo cual es algo muy superficial porque es más que evidente el desorden que prevalece en una de las dependencias más importantes de la administración estatal.

Una prueba de su desinterés por su trabajo, es la ausencia de un director general del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (Cecyte), subsistema que desde el 1 de diciembre opera sin titular luego de concretarse la renuncia de Luis Vargas González, quien optó por dejar el cargo ante la imposibilidad de realizar cambios internos de funcionarios que le permitieran corregir el enorme desorden académico y financiero que tenía esa institución.

En casi tres meses Manuel Camacho no ha tenido tiempo para recomendar al mandatario estatal a otro funcionario con cualidades para ocupar la dirección general del Cecyte, pues está claro que prefiere andar supervisando obras de reconstrucción originadas por el pasado sismo, entregar materiales didácticos para los Cendis y encabezar reuniones para planear recorridos en monumentos históricos de la capital que en atender cosas importantes que requieren su presencia y decisión.

Si la designación del próximo director general del Cecyte no es urgente, así como importante y prioritario auxiliar y apoyar a la maestra de una telesecundaria del municipio de Calpulalpan que fue agredida por un alumno con un arma blanca y resolver las denuncias de bullying y acoso escolar que se han presentado en los últimos meses, entonces es obvio que Camacho Higareda sólo piensa en convertirse en uno de los precandidatos del PRI en buscar la nominación de ese partido para gubernatura de Tlaxcala que estará en juego en el 2021.

Si el aspirante a poeta y apasionado de llevar negociaciones “machas” tiene todo el tiempo del mundo para tomarse fotos y lucirse al lado del mandatario estatal Marco Mena en el evento del programa “Ver bien para aprender Mejor” que beneficia a 10 mil 535 alumnos de 339 primarias y secundarias del estado que recibirán lentes de manera gratuita, también nos hubiera gustado conocer que el neopriista y aspirante a gobernador tuvo la decencia de visitar a la maestra agredida por un estudiante y que constató que la profesora recibió la atención debida y la ayuda psicológica y legal para superar el lamentable suceso registrado el pasado martes en una escuela de Calpulalpan.

Con un secretario de Educación así difícilmente se entregarán buenos resultados en ese sector al final de la actual administración. Cuando el PRI gobernaba el país Manuel Camacho era un radical defensor de la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto y ahora que México es dirigido por el nuevo mandatario, Andrés Manuel López Obrador, el funcionario ya se olvidó de su discurso priista y ahora busca adaptarse a los nuevos tiempos para andar en sintonía con la cuarta transformación que decía vomitar.

En boca cerrada no entran moscas

Al poblano magistrado Héctor Maldonado Bonilla le sigue lloviendo sobre mojado, debido a que ayer fue exhibido por los diputados locales, quienes negaron que el Presupuesto de Egresos del 2019 tuviera errores o alteraciones como las que denunció el presidente del TSJE para justificar su elevado salario.

Según la diputada morenista Mayra Vázquez Velázquez el presupuesto del Poder Judicial de Tlaxcala se aprobó de acuerdo con los lineamientos y propuestas que recibieron de los magistrados, de ahí que no se modificaron las cantidades ni las partidas que contiene ese documento.

Lo anterior pone en evidencia al magistrado que ahora es tachado como mentiroso por parte de los diputados locales, mismos que podrían llamarlo a comparecer para que explique y justifique los supuestos errores que detectó y que según él no corresponden a la realidad financiera planteada en el presupuesto de ese poder.

Hasta donde se sabe, el ex notario orticista Alejandro Moreno Pérez, hoy amigo íntimo del ex diputado vedette priista Mariano González Aguirre, convenció a su compadre, el diputado verde morenista, Ramiro Vivanco Chedraui, para operar al interior del Congreso del Estado el incremento de 60 millones de pesos que finalmente logró el TSJE para este año.

Quizá esa fue la razón por la cual los diputados locales no pusieron mucha atención al presupuesto del Poder Judicial y optaron por aprobar algo que no revisaron a detalle y que tras conocerse los excesos que pretendía llevar a cabo Héctor Maldonado, se optó por argumentar que el documento publicado en el Periódico Oficial del Estado tenía errores y alteraciones que no correspondían a las propuestas originales.

Por lo pronto ese escándalo ya cobró su primera víctima. Ismael Gracia, el gris vocero y golpeador de mujeres dejará su cargo en el TSJE, pues Maldonado Bonilla comprobó que el ex reportero de El Sol de Tlaxcala es incapaz y que no lo supo defender de los reporteros que lo entrevistaron el pasado martes, al grado que lo hicieron perder la cabeza y replicar los exabruptos de su ex patrón y jefe político Mariano González Zarur.