Aunque el diputado de Morena, Víctor Manuel Báez López, aún mantiene con las uñas la presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, su remoción no está descartada pese a las maniobras que realizan sus padrinos políticos para sacarlo de la fosa séptica donde se hundió luego de ofender a la legisladora que preside la mesa directiva.

Una vez que legalmente fue reconocida Ana Bertha Mastranzo Corona como coordinadora de la fracción parlamentaria de Morena, la salida de Báez López de la Junta de Coordinación y Concertación Política se pensaba que sería inevitable.

De acuerdo con el artículo 64 de la Ley Orgánica del Congreso del Estado, ese órgano de gobierno deberá integrarse por los presidentes de las bancadas de cada uno de los partidos, así como por los representantes de los institutos políticos que tienen alguna curul en el Poder Legislativo, de ahí que el ex alcalde de Zacatelco y principal operador del gobernador priista no tendría por qué detentar una cargo que legalmente le correspondería desempeñar a Mastranzo Corona.

Ante esa irregularidad, la presidente de la mesa directiva, Luz Vera Díaz, ordenó a la Secretaría Parlamentaria modificar el acuerdo por el cual la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) designó a Mastranzo Corona como su coordinadora, lo cual molestó al legislador panista Milton López Avendaño que salió a defender a su amigo y aliado Víctor Manuel Báez.

La confrontación entre diputados subió de tono y las descalificaciones no faltaron, al grado que Báez López llamó ignorante a la presidente de la mesa y le recomendó ponerse a estudiar antes de tomar decisiones que según él no se apegan a las normas legales.

El lamentable episodio de ayer no sólo evidenció el pleito intestino que mantienen los grupos de Morena por el control del Congreso del Estado, donde el convenenciero senador José Antonio Álvarez Lima y su lacayo Joel Molina Ramírez, líder del partido de AMLO en Tlaxcala, buscan impedir que la super delegada del gobierno federal Lorena Cuéllar Cisneros amplíe su poder e influencia en el Poder Legislativo.

Es evidente que Víctor Manuel Báez no goza del respaldo de los diputados de Morena ni de sus aliados el PT y el PES, pues durante el absurdo espectáculo que ofrecieron durante la sesión ordinaria quedó demostrado que el presidente de la de la Junta de Coordinación y Concertación Política sostiene una relación insana con el PAN y el PRD, así como con el gobernador priista Marco Antonio Mena Rodríguez.

Los principales cabilderos de Mena en el Congreso del Estado no es el incoloro ex diputado local del PRI Arnulfo Arévalo Lara ni el morenista priista Báez López, sino el ex gobernador tlaxcalteca Álvarez Lima y su operador Molina Ramírez, de ahí que todos harán lo que sea necesario para impedir un cambio en el mencionado órgano de gobierno que ponga fin al control que ejercen en estos momentos y que beneficia al mandatario estatal y al ex partidazo.

La negociación del presupuesto del 2019 será un buen punto de referencia para saber si Víctor Manuel Báez seguirá como presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política o sus detractores utilizarán ese asunto para lograr su salida y limitar la enorme influencia que tiene el mandatario sobre los diputados locales, donde no se percibe que el PRI sólo tenga una gris legisladora que de no ser por su choteado blazer rojo nadie la notaría.

Los diputados de Morena y sus aliados del PT y el PES son una enorme decepción y su fracaso legislativo es más que evidente. Carecen de credibilidad y los errores cometidos durante el primer periodo ordinario de sesiones los empezarán a pagar más pronto de lo que se imaginan, porque así como el pueblo premia también castiga.

Por lo pronto se abren las apuestas sobre la permanencia de Víctor Manuel Báez como presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política.

En mi opinión, yo creo que lo terminarán echando de esa posición que no se merece por ser un político pusilánime.