El manoseado discurso de combatir la corrupción y poner límites a los excesos que se comenten en el ejercicio del gasto público parece que en Tlaxcala sólo quedará en palabras, porque al interior del Congreso del Estado y específicamente en la Comisión de Finanzas y Fiscalización existe una enorme reticencia para reabrir los negros expedientes de las cuentas públicas que estaban reprobadas y que fueron avaladas sin ningún problema por la anterior legislatura.

Mientras en otras entidades donde Morena y sus aliados el PT y el PES lograron el control de los Congresos se han dado pasos para echar atrás reformas que atentan contra la rendición de cuentas y obstaculizan el castigo a la corrupción, así como también han aprobado reabrir las cuentas públicas avaladas por pasadas legislaturas como es el caso de Puebla, en Tlaxcala los legisladores de esas fuerzas políticas van encaminados en convertirse en los cómplices de ex diputados corruptos y alcaldes que manejaron de manera poco clara los recursos públicos.

Ayer, en una sesión de la Comisión de Finanzas y Fiscalización que en teoría preside la morenista María del Rayo Netzahuatl Ilhuicatzi, y dijo en teoría porque su pastor Víctor Báez López, presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política, en realidad llevaba las riendas de esa reunión de trabajo, hicieron todo lo posible para frenar la revisión de 14 cuentas públicas de igual número de ayuntamientos que según el informe del Órgano de Fiscalización Superior estaban reprobadas, pero que la pasada legislatura las avaló y borró de un plumazo las anomalías millonarias que en conjunto superaban los 150 millones de pesos.

En esa sesión de trabajo se empleó a fondo el diputado perredista Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, quien en esta ocasión no llegó con su normal tufo de alcohol ni con los aires protagonistas que le encanta asumir, quizá porque una de las cuentas públicas involucradas es la de su mamá, Maribel Cervantes Hernández, quien gobierna el ayuntamiento de Texoloc y que tuvo observaciones por más de 11 millones de pesos.

Palabras más, palabras menos, el perredista Miguel Ángel Covarrubias mencionó que no sería prudente reabrir esos expedientes porque esa medida podría ser utilizada políticamente para desgastar y golpear a los alcaldes en funciones, argumento que fue suficiente para convencer a la mayoría de los legisladores integrantes de la mencionada comisión donde también participa el panista Omar Milton López, la perredista Laura Yamili Flores, la priista Zonia Montiel, la representante del Panal, Luz Guadalupe Mata, los petista María Félix Pluma y Víctor Castro, así como el miembro del PES José Luis Garrido.

También está integrada a esa poderosa comisión la verde ecologista Maribel León y la legisladora María Isabel Casas.

Si los anteriores diputados encabezados por el priista Mariano González Aguirre, el perredista Alberto Amaro Corona y el panista Juan Carlos Sánchez García fueron los orquestadores de tapar la corrupción en la aprobación de las cuentas públicas del 2017, en la actualidad la mayoría de los legisladores antes mencionados son los que están pensando en seguir los pasos de sus ex homólogos y dejar las cosas como están.

Pareciera que nadie tiene interés en saber porque las cuentas públicas de Zacatelco, (31 millones de pesos observados); Apizaco (13 millones de pesos de observados); Calpulalpan (14 millones de pesos observados); Panotla (10 millones de pesos observados); Texoloc (11 millones de pesos observados); Santa Cruz Quilehtla (7 millones de pesos observados) y otras más con señalamientos graves se quieren ocultar.

Lo lógico sería que esas cuentas fueran nuevamente revisadas a fin de determinar si éstas ya fueron solventadas o si sólo los ex diputados locales otorgaron la protección legal requerida para cubrir los enormes desfalcos detectados.

Un elemento que también pudo ayudar a cambiar el comportamiento de los actuales diputados que ya casi no recuerdan sus promesas de combatir la corrupción, es la invitación que recibieron ayer por parte del gobernador priísta Marco Antonio Mena Rodríguez, para que acudan por la mañana del próximo lunes a la Casa de Gobierno a desayunar y ratificar el compromiso de trabajar unidos y en armonía.

El limitado líder de los diputados de Morena Víctor Báez no pudo ocultar su emoción por tal invitación, de ahí que dedicó gran parte de su tiempo a comunicar la destacada atención del mandatario hacia los legisladores, que aunque no me crea, la gran mayoría se congratuló y salió de sus oficinas para comprar outfit que usarán para tan importante e histórico encuentro.

Créame que los nuevos legisladores tienen cada vez más un comportamiento priista que asusta. Ayer en la sesión de la Comisión de Finanzas y Fiscalización los diputados avalaron la entrega extemporánea de los proyectos de leyes de ingresos de tres ayuntamientos (Cuaxomulco, Santa Cruz Quilehtla y Tepeyanco) que no cumplieron con los plazos establecidos en la ley, es decir, no importa que la mayoría de los presidentes municipales hayan respetado la norma sí los actuales legisladores se muestran tolerantes y solapadores de violaciones legales.

Cómo estarán las cosas en la actual legislatura que el mediocre ex diputado priista Arnulfo Arévalo Lara, designado por el gobernador como el enlace con los nuevos legisladores, ya puso a su servicio al chaquetero Ramiro Vivanco Chedraui, el verde ecologista que sólo usa su camiseta de morenista cuando le conviene, para ir de mandadero y servir de oreja al mandatario Mena Rodríguez.

Ramiro Vivanco resultó un político falso que en un mes tiro su credibilidad al cagadero.