El clima de inseguridad y la incidencia delictiva al parecer no son suficientes problemas para preocupar al gobierno estatal que actúa como si no pasara nada en un estado donde los homicidios dolosos son contantes, de ahí que es evidente la falta de una estrategia seria para enfrentar a la delincuencia que en los últimos 20 meses ha ganado terreno y presencia.

Un tema que nunca ha sido prioridad del gobierno de Tlaxcala y que sigue sujeto a ocurrencias es el de la seguridad, donde es evidente la falta de estrategia, de equipo y de personal para poder llevar a cabo esa labor, de ahí que los delincuentes han encontrado tierra fértil para multiplicarse y aumentar sus actos ilícitos.

Hace más de un año el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez anunció una inversión histórica en seguridad, la cual se vería reflejada en tecnología, equipo y en un incremento en el número de policías estatales, sin embargo el tiempo ha avanzado y esa promesa sigue sin concretarse a 36 meses de que finalice la actual administración.

El intento de adquirir 200 nuevas patrullas no se concretó ante un amañado concurso que fue severamente cuestionado, por lo que la mejor opción que encontraron las autoridades fue declarar desierta esa licitación bajo el pretexto de que ninguno de los participantes reunió los requisitos establecidos en la convocatoria.

La prisa mostrada por Luis Álvarez Landa, titular de la Oficialía Mayor de Gobierno, para realizar la licitación en el menor tiempo posible y cerrar en doce días la compra de las patrullas que implicaría la inversión de 170 millones de pesos, también debería asumirla para corregir sus mañas y dar la cara para explicar las razones que provocaron la cancelación de la licitación y sobre todo dar a conocer los nuevos tiempos que se tienen previstos para adquirir esos vehículos.

Sólo el mañoso Álvarez Landa sabe si habrá otra licitación pública o se optará por realizar una invitación cerrada a tres proveedores, pero lo que sí le puedo asegurar es que el gobierno estatal no cambiará las características de los vehículos ni las especificaciones del equipo, por lo que tarde o temprano vera circulando por las calles y carreteras de Tlaxcala patrullas Ecosport y Ford Pick Up 4 x 2 y 4 x 4.

Las nuevas patrullas serían entregadas a finales de octubre y se tenía previsto verlas circulando en noviembre o diciembre, sin embargo hoy se desconoce si esas unidades será compradas a la brevedad o se pospondrá su adquisición unas semanas más siguiendo la actitud de los últimos 20 meses de que no pasa nada y todo puede esperar.

Ojalá en ese nuevo proceso de compra de patrullas participen funcionarios de primer nivel como la Contraloría del Ejecutivo, María Maricela Escobar Sánchez, quien debería poner más atención a asuntos relevantes y dejar las tonterías como la instalación del Comité de Ética, Integridad y Prevención de Conflicto de Intereses a sus subordinados.

Y si en realidad se quiere llevar con transparencia y legalidad la adquisición de esos vehículos, esperemos que en el proceso de licitación se invite a participar como observadores a los integrantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Anticorrupción del Estado de Tlaxcala, pues sería lamentable que el futuro concurso tuviera las mismas inconsistencias que la primera licitación donde hubo dados cargados para beneficiar aún proveedor en especial.

En materia de seguridad las autoridades estatales van perdiendo la batalla y eso empieza a tener un alto costo para su imagen.