Se dicen que ambas actividades ilícitas son combatidas en Tlaxcala y que son una prioridad de las autoridades encargadas de prevenir y vigilar que esos delitos, sin embargo basta con recorrer ciertas zonas del estado para comprobar que se realizan a plena luz de del día y sin ninguna restricción, lo que hace pensar que los funcionarios están coludidos y toleran esas prácticas.

prostihuachicol

Más que realizar conmemoraciones del Día Mundial contra la Trata de Personas a través de diversas actividades deportivas, lúdicas y recreativas, las autoridades federales, estatales y municipales deberían dejar la simulación y emprender acciones reales para erradicar ese problema que por lo regular siempre implica la explotación sexual de mujeres.

Resulta increíble que ninguna autoridad observe el número de mujeres que todos los días se paran a lo largo de la vía corta Puebla-Chiautempan para ofrecer sus servicios sexuales. Todos las ven, menos los responsables de evitar que esas jóvenes damas ejerzan una actividad que según la ley está penalizada.

El gobierno no puede negar que muchas de ellas son víctimas del delito de trata de personas, pues si la PGJE es incapaz de resolver o concluir las quince investigaciones iniciadas este año por hechos donde se presume se cometió ese delito, es obvio que nunca tendrá tiempo para llevar a cabo operativos que inhiban esa práctica en una carretera donde tiene años realizándose como si fuera una costumbre y una imagen natural del paisaje.

Dígame si para combatir ese delito ayuda organizar una caminata por las principales calles de la capital en la que participaron funcionarios públicos de la administración estatal acompañados por sus familias y que después los asistentes hubieran disfrutado de actividades recreativas como exhibiciones de ajedrez, box, taekwondo, karate, kung fu y la presentación de la cuenta cuentos Flaviana Moreno Herrera y del grupo “Cuepani”.

O que el grupo Muralistas de Tlaxcala haya elaboró una imagen alusiva a la fecha o que se hubieran efectuado actividades de baile donde estuvo el grupo musical “Ensamble Acústico”.

También las autoridades ofrecieron recorridos turísticos y organizaron un rally y presentaron la obra “A las Faldas de la Malinche”.

En lo personal creo que poco o en nada ayudan esas actividades para combatir un delito que todos los días se comete en Tlaxcala con total impunidad.

El huachicol llegó para quedarse

Otra actividad ilícita que es común en Tlaxcala es el huachicol, pues según reportes que se tienen diariamente son comercializados en la entidad entre 15 mil y 20 mil litros de combustible que es extraído de los ductos de Pemex por bandas organizadas que siguen teniendo su centro de operación en San Martín Texmelucan.

Los huachicoleros que por lo regular no son oriundos de la entidad, compran en litro de gasolina o diésel en 8 pesos a sus proveedores, para después comercializarlo en Tlaxcala entre 13 y 15 pesos, lo que representa un negocio redondo para todos los involucrados.

Sus unidades pasan todos los días por la carretera de cuota de San Martín Texmelucan a Tlaxcala sin que nadie los moleste.

Vaya es tan lucrativo ese negocio que se dice por parte de los criminales que patrullas de CES de Tlaxcala los custodian para evitar ser detenidos mientras circulan. A cambio de ese servicio los uniformados reciben una mochada de 2 mil pesos. También obtendrían su parte policías federales y municipales, por lo que es difícil pensar que algún día los jefes de esas bandas irán a la cárcel.

Nadie sabe hasta cuándo durará esta absurda simulación en Tlaxcala.