El presidente del Tribunal Superior de Justicia en el Estado, Héctor Maldonado Bonilla, decidió llevar su gestión por la ruta de la insubordinación que tarde o temprano le implicará problemas al interior y al exterior, porque el poblano se ha cansado de demostrar que su lealtad está con el marianismo que se atrincheró en el Poder Judicial donde cobra y hace negocios.

El comportamiento incisivo que ha tenido en los últimos tres meses y medio el magistrado Héctor Maldonado ha dañado sensiblemente las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial en Tlaxcala.

Para nadie es un secreto que en febrero pasado los marianistas le ganaron al actual gobernador la facultad de designar al presidente del TSJE, pues los menistas fracasaron en su intento por obtener esa posición a través del magistrado Elías Cortés Roa.

Los aliados del menismo como la magistrada Rebeca Xicoténcatl Corona traicionaron el proyecto político del mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez y terminaron por refugiarse en los brazos del marianismo que apeló a la lealtad de los demás integrantes del pleno del Poder Judicial para consumar la llegada de Maldonado Bonilla a la presidencia del TSJE.

El gobernador tuvo que aceptar su derrota y comprobar que el TSJE poco a poco se ha salido de su órbita de influencia, lo cual quedó demostrado una vez más el viernes pasado cuando el magistrado presidente logró dos nombramientos en la estructura del Poder Judicial sin que éstos hayan sido consultados con el mandatario tlaxcalteca.

Héctor Maldonado puedo hacer que la michoacana Georgette Alejandra Pointelin González asumiera la influyente Secretaria Ejecutiva del TSJE y que María Angélica Temoltzin Durante fuera designada como directora del Centro Estatal de Justicia Alternativa del Estado.

La primera se ganó a Maldonado Bonilla y por esa razón pudo escalar a una posición de mayor relevancia en el Tribunal, pues antes de ocupar la Secretaria Ejecutiva se desempeñaba como responsable del Centro Estatal de Justicia Alternativa del Estado que le parecía poca cosa para su estatus e influencia.

A la magistrada Elsa Cordero Martínez le cortaron su último coto de poder que tenía con su incondicional José Juan Gilberto León en la Secretaria Ejecutiva, quien fue acomodado como proyectista de la Sala que dirige la ex presidenta del TSJE.

El ex gobernador Mariano González Zarur y su hijo Mariano González Aguirre habían considerado para la Secretaría Ejecutiva del TSJE a Hugo René Temoltzin Carreto, sin embargo éste perdió la oportunidad una vez que se comprobó que el ex contralor era el principal proveedor del Poder Judicial, por lo que decidieron mantener el negocio y dejarlo como coordinador de la campaña del junior a la diputación federal por el primer distrito.

Fue entonces que Héctor Maldonado hizo la propuesta de Pointelin González que fue avalada por el ex gobernador, quien a su vez aceptó la recomendación que recibió de su ex secretario de Gobierno, Ernesto Ordoñez Carrera, para incorporar a María Angélica Temoltzin a la nómina del Poder Judicial.

Está claro que los menistas son simples espectadores del reparto de posiciones y negocios que llevan a cabo los marianistas en el Poder Judicial.

Hasta hace unas semanas los marianistas aún controlaban los negocios y el personal en varias dependencias del gobierno estatal como el Instituto Tlaxcalteca de la Infraestructura Física Educativa, la Secretaría de Gobierno y otras, pero esa situación ha cambiado y los menistas han optado por desplazarlos para asumir el control del gobierno.

Y sino me cree le cuento que el pasado viernes fue despedido el marianista Arturo Sánchez Domínguez, quien se desempeñaba como director Administrativo de la Secretaría de Gobierno.

Las diferencias entre menistas y marianistas no tardarán en hacerse públicas y con ellas algunos escándalos de corrupción. Sólo es cuestión de tiempo para ver el pleito.