Si algo hay que reconocer a los candidatos de la coalición electoral integrada por el PRI, Nueva Alianza y el PVEM es su optimismo, porque pese a los números adversos que enfrentan mantienen el discurso de que ganarán, el cual poco a poco está perdiendo efectividad porque para su desgracia la cargada se está dando para el partido de Andrés Manuel López Obrador.

Dos versiones muy distintas existen sobre el panorama electoral que enfrentará el PRI en las elecciones del 1 de julio.

La primera que está basada en encuestas y análisis de prospectiva revela que el partidazo perderá la presidencia de México y se ubicará como la tercera fuerza política en el Congreso de la Unión.

La segunda que sólo existe en el discurso de los candidatos, dirigentes del partidazo y operadores de esa alianza electoral, se limita a repetir que van repuntando en las encuestas y que la elección de Estado les permitirá retener la presidencia del país y la mayoría de los cargos legislativos tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.

Los números no mienten y hasta ahora no hay ni un solo estudio de opinión pública que le dé alguna posibilidad a José Antonio Meade Kuribreña, candidato priista de la coalición “Todos por México”, de lograr la victoria el primer domingo de julio.

El columnista del periódico El Universal, Raúl Rodríguez Cortés, ayer publicó en su espacio datos reveladores que ubican a Meade en el tercer lugar de la carrera presidencial. Los análisis de prospectiva indican que el ex secretario de Hacienda podría captar el día de los comicios alrededor de 8.8 millones de votos.

El probable ganador de esa jornada sería Andrés Manuel López Obrador, abanderado presidencial de Morena, el PT y el PES. La proyección es que el tabasqueño logrará sumar 24.2 millones de sufragios, mientras que el representante de la alianza electoral del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya Cortés, se situaría en el segundo lugar de la contienda con 15.5 millones de votos.

Sobre la futura conformación de la Cámara de Diputados, Consulta Mitofsky realizó una proyección que resulta desalentadora para el PRI porque en el mejor de los escenarios el partidazo llegaría a tener 72 legisladores que sumados a los de sus aliados (Nueva Alianza 14 y el PVEM 21) apenas si juntarían 107 diputados federales.

Esa cifra ni siquiera se acerca a la que Morena, partido que controla Andrés Manuel López Obrador, podría obtener y que es de 142 diputados federales que sumados a los del PT (54) y a los del PES (66) tendrían una presencia de 262 legisladores de los 500 que integran ese cuerpo colegiado.

Trascendió que el PRI nacional tiene catalogado a Tlaxcala como uno de los estados perdidos ante la fuerza de López Obrador, de ahí que a lo mucho solo espera la aportación un legislador federal.

Es un hecho que los priistas no aceptan los resultados de las encuestas ni los análisis de prospectiva, de ahí que seguirán con sus discursos triunfalistas que por lo que se ve sólo ellos se creen. O no.