Sin que hasta ahora afecte el desarrollo de las campañas a la presidencia de México, al Senado y a las diputaciones federales, la disputa por el control del Partido Acción Nacional en Tlaxcala está a todo lo que da y el grupo antagónico a Adriana Dávila Fernández ha dado los primeros pasos para desaparecer la marcada influencia que aún le queda a la ex candidata a la gubernatura.

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El pleito soterrado que el grupo de Carlos Carreón Mejía, Minerva Hernández Ramos y Julio César Hernández Mejía mantiene contra Adriana Dávila Fernández pronto llegará a los tribunales, pues la senadora no está dispuesta a perder la primera posición de las candidaturas a las diputaciones plurinominales locales que los primeros le arrebataron con el aval de los órganos internos del PAN.

Esa medida y la designación de Adriana Dávila como una de las coordinadoras nacionales de promoción del voto de Ricardo Anaya Cortés, candidato presidencial del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, han servido para minar la influencia y control que tenía la ex candidata panista al gobierno de Tlaxcala sobre el partido.

El mensaje que habría enviado la dirigencia nacional del PAN es que están cansados del liderazgo de la senadora, pues éste lejos de sumar sólo genera divisiones que terminan por afectar el rendimiento electoral de ese instituto político durante el desarrollo de los comicios.

Para lograr que Dávila Fernández fuera desterrada del estado por unos meses fue necesario alertar a la dirigencia nacional del PAN y a Ricardo Anaya que la senadora obstaculizaba la actual alianza electoral en Tlaxcala, alentaba las diferencias con los perredistas y los militantes de Movimiento Ciudadano, así como también impedía la organización interna de los panistas.

Se sabe que esos y otros argumentos más fueron los que habría utilizado Carlos Carreón, líder estatal del PAN, Minerva Hernández, abanderada al Senado por la coalición Por México al Frente y Julio César Hernández Mejía, coordinador de la campaña presidencial de Ricardo Anaya Cortés en Tlaxcala para lograr el destierro de su ex aliada Adriana Dávila.

Y dicen que el alejamiento de Adriana Dávila se notó de inmediato el lunes pasado cuando fueron presentadas todas las estructuras que trabajarán en la campaña presidencial de Ricardo Anaya. Panistas y perredistas lograron acuerdos y pudieron designar sin problemas a los coordinadores que tendrán acercamientos con empresarios, alcaldes, académicos, campesinos, maestros y otros sectores de la sociedad.

Los panistas ligados a la senadora fueron excluidos sin recibir ninguna explicación.

La intención de la triada conformada por Carlos Carreón, Minerva Hernández y Julio César Hernández es meter a la coalición Por México al Frente a la pelea por la presidencia, el Senado y las diputaciones federales.

Buscarán desplazar antes del 15 de mayo a la alianza integrada por el PRI, Panal y el PVEM al tercer lugar de las preferencias electorales en Tlaxcala para después disputar el triunfo a los abanderados de Morena, el PT y el PES que hoy en día encabezan las encuestas.

Si logran posicionar a sus candidatos y entrar en la lucha por los triunfos electorales de la jornada del próximo 1 de julio, sus bonos subirán y tendrán el respaldo nacional del PAN para seguir desplazando al grupo de Adriana Dávila, pero si fracasan enfrentarán serios problemas para seguir sus carreras al interior de ese partido.

Por lo pronto veremos si Dávila Fernández logra ganar en los tribunales el primer lugar de la lista de candidatos a diputados locales por la vía plurinominal. La senadora hará hasta lo imposible por recuperar esa posición para Leticia Hernández Pérez y evitar que Eleticia Barragán Cardoso, amiga cercana de Carlos Carreón, llegue al Congreso del Estado.

Se valen apuestas.