Cuando las neuronas escasean y la trayectoria laboral está basada en buenas recomendaciones, lo más seguro es que surja un magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado sin liderazgo y proyecto para cambiar o transformar un poder que se encuentra carcomido por la corrupción y la ineficiencia.

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Sin tener una carrera judicial reconocida o una trayectoria académica que lo distinguiera, el marianista Héctor Maldonado Bonilla asumió hace unos días la presidencia del Poder Judicial en Tlaxcala, responsabilidad que hoy en día se encuentra muy devaluada luego del paso que tuvo por esa responsabilidad la nefasta magistrada Elsa Cordero Martínez.

La falta de preparación de Maldonado Bonilla es imposible de ocultar, así como su banalidad de ver la impartición de justicia en la entidad, pues el avecindado en Puebla que viene a cobrar su jugoso salario en Tlaxcala no ha mostrado ningún elemento que justifique su llegada al cargo más importante del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

Sus prioridades serán modernizar, consolidar y dar credibilidad al Poder Judicial, así como combatir la corrupción en los juzgados y esforzarse para que Tlaxcala sea sede de eventos nacionales e internacionales de Derecho, que según él, permitan a los funcionarios del TSJE capacitarse y actualizarse.

La torpeza y limitaciones de Héctor Maldonado son notorias y más cuando en su afán de ser protagónico balbucea que llevará a cabo un diagnóstico general de las áreas Tribunal, perfeccionará la calidad de los servicios y mejorará la capacitación del personal para, ahora sí, hacer efectiva la carrera judicial.

De entrada sus limitados planteamientos no sólo contradicen los niveles de eficiencia y profesionalismo que presumió la ex presidenta del TSJE Elsa Cordero en su último informe, sino que es obvio que difícilmente podrá emprender la transformación del Poder Judicial cuando su prioridad son las celebraciones de algún amigo magistrado.

Ayer, a Héctor Maldonado se le vio llegar cerca de las 10 de la mañana a bordo de su lujosa camioneta BMW al restaurante Mesón Taurino para encabezar un festejo. Lo espera su chofer y un séquito de lambiscones que lo escoltaron desde la puerta hasta su asiento principal en la mesa que lo esperaba.

El festejo inició y la impartición de justicia y la transformación del Poder Judicial de Tlaxcala se pospuso para otra mejor ocasión, pues hoy la prioridad es quedar bien con el nuevo presidente del TSJE.

Imagínese en manos de quien quedó el Tribunal que lejos de poner el ejemplo de trabajo y eficiencia, solapa y tolera la pachanga y el desmadre.

Y quizás el manchimagistrado se puso más feliz cuando vio que en una de las mesas del restaurante se encontraba la ex secretaria de Gobierno y hoy candidata del PRI al Senado, Anabel Alvarado Varela, quien dicen fue la encargada de notificar a Maldonado Bonilla el veto que tenía del gobernador para ocupar la presidencia del TSJE y que al final se vio que no tuvo ningún efecto.

En fin, los magistrados tlaxcaltecas ya podrán presumir que tienen a un pipope como su representante, con lo cual ya se han de sentir muy nice.

Al PRI puro soldado raso

La llegada de Roberto Lima Morales a la dirigencia estatal del partidazo en sustitución de Florentino Domínguez Ordoñez estableció muy bien el nivel que tendrá el PRI en Tlaxcala, de ahí que era imposible pensar que en la renovación del Comité Directivo Estatal de ese partido fueran invitados personajes de peso o trayectoria.

Para evitar una sublevación contra el nuevo mando, se optó por llevar a puro soldado raso a la estructura partidista que tiene la difícil tarea de remontar en las preferencias electorales para hacer que sus candidatos a los diferentes cargos de elección popular estén en posibilidades de obtener triunfos en los comicios de este año.

A la dirigencia del PRI se sumaron desde anoche Elida Garrido Maldonado como nueva Secretaria General, mujer que resulta una total desconocida. También tomaron protesta Oscar Amador Xochiteotzi como Secretario de Organización y Silvestre Velázquez Guevara como nuevo Secretario de Vinculación Empresarial y Emprendimientos.

Silvestre Velázquez dejó su zona de confort como responsable del Fondo Macro para el Desarrollo Integral de Tlaxcala (Fomtlax) y a partir de ahora deberá trabajar para sumar los votos que más pueda a los candidatos priistas que simplemente no prenden ni emocionan a nadie, como si estuvieran contagiados por el mal que persigue a José Antonio Meade Kuribreña, abanderado del PRI a la presidencia de México.

El exceso de confianza del PRI en Tlaxcala asusta.