La operación dedazo ya está en marcha y en cuestión de días el presidente Enrique Peña Nieto revelará quien será el candidato del PRI que intentará sucederlo en el cargo. La trayectoria y militancia en el partido no pesarán en la imposición, de ahí que el neo priista con pasado panista José Antonio Meade Kuribreña se alista para enfrentar en las urnas a Morena y al Frente Ciudadano por México.

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El nuevo PRI y el invencible partido no pudo cambiar y mantiene intacto su método para elegir candidato presidencial. Analistas y columnistas de medios nacionales dan por un hecho la nominación del secretario de Hacienda, José Antonio Meade, luego que el viernes pasado el presidente Enrique Peña bajara de la contienda interna del tricolor al titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

La militancia y trayectoria no importan en el PRI, lo que hoy en día cuenta y siempre ha tenido un alto valor son los afectos, pero si éstos se centran un prospecto a candidato que tenga un pasado limpio y el menor número de negativos, sin lugar a dudas ayudará a enfrentar la alta competencia en los comicios del primer domingo de julio del 2018.

La estrategia del PRI es apostarle a la estructura, al dinero público y a la operación, de ahí que si a nivel nacional se hace efectivo el dedazo del presidente, lo lógico es que en los estados los gobernadores conserven intacto su poder de veto, pero también la facultad de sugerir propuestas de aspirantes a senadores y diputados federales.

Pronto veremos hacia donde están los verdaderos afectos del mandatario tlaxcalteca Marco Antonio Mena Rodríguez, quien tendrá que descubrir sus cartas y ejercer decisiones de poder que estarán relacionadas, lo quiera o no, con su sucesión.

Aunque para muchos el relevo de Mena Rodríguez está lejano porque se hará hasta el 2021, la realidad es que el gobernador tendrá que empezar a jugar en los comicios federales y locales del 2018 su sucesión, pues ya no tendrá otra elección intermedia que le permita reacomodar piezas para impulsar la proyección de otro miembro de su equipo.

Se dice que Mena Rodríguez estaría apuntalando las aspiraciones de la secretaria de Gobierno Anabel Alvarado Varela para competir por el Senado, aunque hay quienes aseguran que la verdadera carta del actual mandatario es el secretario de Educación, Manuel Camacho Higareda, quien goza de la venia para promocionarse todos los días y por cualquier cosa.

En Tlaxcala el más feliz por la probable designación de José Antonio Meade como candidato del PRI a la presidencia de México es el ex gobernador Mariano González Zarur, quien es el único tlaxcalteca que puede presumir ser amigo y consejero del aún funcionario federal.

Mariano González conoce a la perfección los rituales priistas y por esa razón realiza movimientos quirúrgicos para apuntalar las aspiraciones de políticos ligados a sus intereses en los próximos comicios. Su prioridad son sus hijos Mariana y Mariano, pero tampoco descartará a otros colaboradores suyos como Ricardo García Portilla.

En el PRI está descartado un proceso democrático para elegir a sus candidatos. La práctica del dedazo se replicará a nivel estatal y lo interesante será ver quiénes son los afortunados militantes del partidazo que competirán por el Senado, las tres diputaciones federales y las quince diputaciones locales.

En julio del 2018 iniciará la sucesión anticipada de Marco Antonio Mena, porque después de que se conozcan los resultados oficiales también se sabrá cuántos priistas y militantes de la oposición empezarán su trabajo por la gubernatura de Tlaxcala. Al tiempo.