Algo diferente tendrá que realizar el Instituto Nacional Electoral (INE) en Tlaxcala para que exista la garantía de que en las elecciones federales habrá certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad, porque esos principios rectores son letra muerta en muchos casos donde se demuestra que el PRI y el gobierno no juega limpio.

INE 2 nov

Formalmente ayer arrancó el proceso electoral 2017-2018 en donde los tlaxcaltecas tendrán la posibilidad de acudir a las urnas para elegir presidente de México, senadores y diputados federales y locales, sin embargo el Consejo Local del Instituto Nacional Electoral carece de la autoridad moral para garantizar que en esta ocasión si se hará valer el cumplimiento de la ley.

Durante la instalación del consejo local del INE, el presidente de ese organismo, Jesús Lule Ortega, demostró que la autoridad electoral no cambiará su postura y actuación que ha mantenido en los últimos comicios, donde se ha comprobado que ha sido más que permisiva de actos irregulares del gobierno federal y estatal que atentan contra la legalidad, la certeza, la objetividad, la imparcialidad e independencia.

En pasadas elecciones se ha visto a secretarios del gabinete de Enrique Peña Nieto junto al gobernador del estado encabezando eventos oficiales para entregar toda clase de recursos de diferentes programas gubernamentales, sin que el INE o el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación hayan sancionado esa conducta que rompe el equilibrio que debe prevalecer en el proceso.

Pedir a los partidos políticos que promuevan campañas electorales alejadas de la ofensa y de conductas que generen división y encono en la sociedad tlaxcalteca resulta inocente, sobre todo cuando en el ambiente pululan acusaciones de corrupción contra funcionarios y políticos.

Es obvio que los ciudadanos perciben que el gobierno simula el castigo de esas conductas, de ahí que los candidatos recurrirán a la descalificación para sacar provecho del hartazgo que existe hacia las actuales autoridades para ganar simpatías y votos.

Dígame sino el presidente del Consejo Local del INE, Jesús Lule Ortega, se ve ingenuo con el llamado que hizo a los partidos políticos.

“Los convoco a utilizar la persuasión y el convencimiento como las vías más adecuadas para obtener el voto por la vía de la propuesta y la razón, a respetar al otro y promover y practicar todas y cada una de las reglas del juego democrático”.

“La disposición de todos los actores para que en las campañas se ponga énfasis en las ideas y en las propuestas, haciendo a un lado toda forma de descalificación del adversario político. La disposición del derrotado para levantar la mano al candidato ganador, pero a su vez, la de reconocer lo valioso de las propuestas de quien no sea favorecido por la voluntad ciudadana, llevando su voz a los espacios del debate público”.

Y luego soltó otra lindeza al sostener que “La sociedad tlaxcalteca tendrá una elección pacífica, apegada a derecho, bajo condiciones de seguridad y equidad para el ejercicio del sufragio, exenta de abusos e intromisiones de instancias ajenas al proceso electoral”.

Estoy seguro que muy pocos actores políticos compartirán la visión que tiene el consejero presidente del Consejo Local del INE sobre estas elecciones, pues es una realidad que la autoridad electoral dejó de tener la confianza de la mayoría de los partidos y de los ciudadanos.