En el 2016 el PAN y el PRD se despreciaron y nunca realizaron un intento real por ir juntos en las elecciones para gobernador, situación que ayudó al PRI a ganar los comicios y retener el gobierno del estado. Ahora andan promoviendo el frente amplio ciudadano y pretenden vender las bondades de esa alianza que terminará facilitando las cosas al tricolor.

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Sólo un iluso puede creer que al interior del PAN prevalece la unidad y la armonía rumbo a los comicios federales del 2018, cuando lo que afloró el sábado pasado fue la hipocresía y la conveniencia de la dirigencia estatal y de algunos panistas que están hambrientos de poder, dinero y reflectores.

El líder estatal del PAN, Carlos Carreón Mejía, ofreció una conferencia de prensa para dar a conocer que los grupos internos de su partido habían cerrado filas y que ya habían fumado la pipa de la paz con miras a integrar un frente amplio ciudadano.

La que dio pena ajena y causó lástima fue la inflada operadora de Rafael Moreno Valle, la ex diputada federal Aurora Aguilar Rodríguez, quien decidió guardar sus múltiples artes como la intriga y la manipulación para aparecer en la foto y ser considerada como una aspirante al Senado, cuando en realidad su verdadera intención es negociar y convertirse en candidata a diputada federal por la vía plurinominal.

Aguilar Rodríguez dejó por unos momentos sus odios y frustraciones. Olvidó los procesos de expulsión que Carlos Carreón inició en contra de varios panistas por supuestamente apoyar a otros aspirantes en los pasados comicios locales.

También parece que borró de su mente los recursos legales que promovió a través de sus títeres el ex diputado local José Gilberto Temotlzin Martínez y Alex Ortix para tratar de quitar de la dirigencia estatal del PAN a Carlos Carreón, pues según ella su permanencia era ilegal y violatoria de las normas internas del partido.

Su odio por la verdadera dueña del PAN en Tlaxcala, la senadora Adriana Dávila Fernández, lo dejó guardado para otra ocasión. Al final la que se mostró más congruente fue la ex candidata panista al gobierno de Tlaxcala que no se prestó para salir en la foto de la hipocresía.

A esa falsedad, fingimiento, doblez, fariseísmo, cuento, disimulo, simulación, mojigatería, beatería, santurronería, comedia, zalamería o lisonja hay que sumar la postura del líder estatal del PAN, quien aclaró que la intención de crear el frente amplio ciudadano era para terminar con la corrupción, cuando a sus espaldas estaban los ex alcaldes de Tlaxcala y Calpulalpan, Adolfo Escobar Jardínez y Vicente Hernández Roldán, respectivamente, quienes son señalados de haber quebrantado las finanzas de sus ayuntamientos.

Pobres panistas, pues con esas actitudes y comportamientos muy pocos se van a tragar la idea de que buscan sacar al PRI de Los Pinos.

Pero en el PRD tampoco cantan mal las rancheras. Los dueños de ese partido Juan Manuel Cambrón Soria y el diputado local Alberto Amaro Corona andan creando estructuras en los municipios para apoyar el frente amplio ciudadano con la idea de que esa alianza será capaz de derrotar al PRI y a Morena en las elecciones del primer domingo de julio del próximo año.

Se resisten a ver que la realidad de su partido es otra tras la salida de Lorena Cuéllar Cisneros y que los tlaxcaltecas no ven con buenos ojos la alianza del PAN y PRD para los comicios del 2018 cuando en el 2016 los panistas siempre despreciaron la idea de ir juntos por la gubernatura de Tlaxcala.

El PRD quiere la alianza con el PAN, Movimiento Ciudadano y el PAC porque le conviene, ya que si fuera sólo en las elecciones difícilmente lograría 70 mil votos a nivel estatal.

Mi percepción es que el PRI está alentando el frente amplio ciudadano no sólo a nivel nacional, sino localmente, porque sabe que el más perjudicado de esa alianza sería Morena, el partido que apoya las aspiraciones de Andrés Manuel López Obrador.

El proceso 2017-2018 ya inició y en Tlaxcala la recomendación del INE para que los probables aspirantes a un cargo dejaran de promoverse fue ignorada, lo que demuestra que el árbitro electoral no tiene fuerza ni credibilidad. Que lástima.