Sabrán los miembros de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos que en Tlaxcala la magistrada Elsa Cordero pisotea los derechos de las mujeres que laboran en el Poder Judicial y que protege y solapa el acoso sexual de personal ligadoa sus intereses.

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Especialista en ser doble cara, la presidenta del Poder Judicial en Tlaxcala, Elsa Cordero Martínez, tratará este día de verse como una gran anfitriona de la quinta reunión de Enlaces de Género de los Tribunales Superiores de Justicia de las entidades federativas, cuando en realidad oculta su personalidad, corrupta, de diva, berrinchuda e intolerante.

Se dice honesta, pero su actuación como presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado demuestra que no lo es, pues hace unos días sin cumplir con la normatividad y en lo obscurito decidió de manera unilateral vender varias unidades automotoras en buen estado, porque según ella ya estaban viejas y era necesario deshacerse de ellas.

Lo grave es que el Poder Judicial apenas si recibió -sólo ella sabe quien fue el comprador- un poco más de doscientos mil pesos, cantidad que se hubiera recibido sólo por la camioneta que estaba asignada a la presidencia del TSJE, pero que por una extraña razón fue rematada con urgencia porque Elsa Cordero necesitaba una nueva unidad que fuera con su plástica y superficial personalidad.

La venta de los vehículos no fue avalada ni por el Pleno de los magistrados ni por el Consejo de la Judicatura, que en teoría está para garantizar el correcto manejo de los recursos del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Lo peor es que Elsa Cordero intentó adquirir otra camioneta con un valor cercano a los 500 mil pesos sin respetar lo que establece la ley, irregularidad que fue frenada al quedar demostrado que la compra debía seguir un procedimiento que se pretendía ignorar.

Ante esa negativa, la cahectona magistrada hizo el berrinche de su vida y después de un pataleo, exigió al Consejo de la Judicatura que le rentara una camioneta de super lujo porque una muñeca como ella no podía trasladarse en cualquier vehículo, petición que fue rechazada porque su oficina aún tenía asignadas varias unidades de reciente modelo que podía ocupar para trasladar su soberbia y arrogancia a donde quisiera.

Y cuando le solicitaron que justificara el monto y la compra de la unidad de lujo que pretendía adquirir con los recursos del Poder Judicial de Tlaxcala, Cordero Martínez aseguró que la necesitaba sólo por el simple hecho de ser titular de la unidad de Derechos Humanos e Igualdad de Género de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (CONATRIB).

Me queda claro que el bótox en exceso afecta a las personas porque empiezan a tener comportamientos extraños que las hacen ver cada vez más ridículas.

Sabrán los flamantes miembros de la CONATRIB que Elsa Cordero como responsable de la unidad de Derechos Humanos e Igualdad de Género obliga a las trabajadoras del TSJE a fungir como edacanes en eventos y que las presiona para comprar vestidos y prolongar su horario de laboral hasta las 20.00 horas para que ella quede como la gran anfitriona.

Aquellas que por alguna circunstancia se niegan a acatar esa instrucción, de inmediato son hostigadas pues les piden que su negativa sea notificada por un oficio, el cual recibe una contestación amenazante en donde palabras más palabras menos se les hace saber que su falta de disponibilidad para apoyar las actividades del TSJE se tomará en cuenta y que formará parte de su expediente laboral.

Que tal, así o más intolerancia.