Al interio del PRI se manejan los nombres de los probables candidatos que podrían participar en los próximos comicios, sin embargo ninguno genera altas expectativas de triunfo porque el partidazo sabe que los comicios que vienen serán muy disputados y que el empuje de López Obrador será un factor difícil de contrarrestar.

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La cuenta regresiva para las elecciones presidenciales del 2018 inició y tras un año del triunfo del hoy gobernador de Tlaxcala, Marco Mena, el panorama para el PRI en la entidad luce complicado y competido, pues en ese partido no se perciben candidatos fuertes que puedan garantizar una victoria.

En junio del próximo año los tlaxcaltecas acudiremos a las urnas para elegir presidente de la República, Senadores y Diputados Federales y Locales. Cada uno de los partidos que participe tendrá que nominar a 20 candidatos.

El PRI llegará a ese proceso tras haber retenido la gubernatura con 45 mil votos menos a los logrados en 2010, cuando Mariano González Zarur recuperó para el tricolor el gobierno de Tlaxcala que estaba en manos del PAN.

Marco Mena sumó en los comicios del 2016 un total de 189,499 sufragios y su más cercana contendiente la ex perredista Lorena Cuéllar Cisneros acumuló 175,743 votos. En doce meses ambos se volverán a enfrentar en condiciones totalmente diferentes.

Lorena Cuéllar se alista para acudir de nuevo a las urnas y buscar una diputación federal con el respaldo del líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien como ya se vio en el Estado de México sigue siendo un imán para atraer votos.

López Obrador como candidato presidencial ha ganado en Tlaxcala las elecciones del 2006 y las del 2012, siendo en la última donde contabilizó más de 240 mil sufragios, lo que demuestra que los tlaxcaltecas lo apoyan.

Aunque muchos piensan que Morena dejó de tener fuerza y respaldo tras la votación -36,939 sufragios- que obtuvo Martha Palafox Gutiérrez como candidata al gobierno del estado de Tlaxcala, lo cierto es que el partido de AMLO puede convertirse para el 2018 en un serio dolor de cabeza para Marco Mena que tendrá serias dificultades para recuperar las dos senadurías de mayoría, retener las tres dipuaciones federales y mantener el control del Congreso local.

Los últimos tres ex gobernadores no pudieron ganar las elecciones siguientes a los comicios en donde resultaron electos, sin embargo tuvieron la oportunidad de reponerse en las elecciones intermedias tanto federal como estatal, resquicio que Marco Mena no tendrá porque en el 2021 vivirá el proceso para entregar el poder.

El tiempo que tiene el gobernador de Tlaxcala para recomponer su administración y buscar una reconciliación con la estructura priista que lo ayudó a ganar el 5 de junio del 2016 es muy corto, pues los tlaxcaltecas no observan cambios ni resultados y los militantes del tricolor siguen dolidos porque no fueron incorpoados a la nómina.

Además, la estructura electoral que estaba incrustada en las dependencias estatales ha sido marginada y maltratada, por lo que existen dudas si para los comicios del 2018 trabajará con la misma intensidad mostrada en otros procesos.

Al final, en Tlaxcala la pelea en el 2018 será entre el PRI y Morena, es decir, entre Marco Mena y Lorena Cuéllar.