Con funcionarios tan limitados y sobrados Tlaxcala no podrá navegar hacia el desarrollo, porque lo que se requiere es inteligencia y trabajo para solucionar los problemas que se tienen y que cada día son mas visibles. La seguridad no se resolverá desde una mesa donde se sienten las autoridades que con esa acción tratan de simular que trabajan.

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El nivel que mostraron funcionarios estatales y diputados locales al abordar temas correspondientes a la responsabilidad que desempeñan fue muy, pero muy bajo, como si se tratara de políticos principiantes que piensan que con salir en los medios de comunicación los problemas se resuelven por arte de magia.

Después de cuatro meses y de que los índices delictivos se dispararon en Tlaxcala, la bisoña secretaria de Gobierno, Anabel Alvarado Varela, encabezó una reunión entre los funcionarios responsables de la seguridad y representantes del sector empresarial, donde la ex diputada federal vomitó algunas declaraciones que dan risa porque reflejan claramente que lo suyo no es la inteligencia y que el lugar que ocupa no lo podrá llenar pese al volumen de su cuerpo.

Asegurar que con ese «tipo de reuniones se construyen acuerdos para atender de manera eficaz la seguridad en todo el territorio estatal» y que «hay disposición de la Administración Estatal para participar en diálogos que enriquecen la política de seguridad e impulsan la corresponsabilidad de todos los sectores sociales», me parece una perorata que comprueba que el gobierno del estado carece de estrategia, rumbo y acciones para enfrentar a la delincuencia.

Anabel Alvarado junto con el responsable de la Comisión Estatal de seguridad, Hervé Hurtado Ruiz insisten en ver una realidad que no existe, como el hecho de machacar el trillado argumento de que Tlaxcala sigue siendo de los estados más seguros del país.

Cuántos robos más de camiones de carga en carretera, asesinatos, asaltos con violencia, feminicidos, robo de autos y atracos a negocios y oficinas públicas se necesitan para que esos funcionarios muestren algo de sensibilidad.

Si después de 131 días de gobierno se pretende coordinar acciones, sumar esfuerzos e impulsar la corresponsabilidad que permita fortalecer la estrategias de seguridad, me imagino que los delincuentes que operan en Tlaxcala están más que felices porque simplemente saben que las cosas seguirán igual, porque lo que menos existe en la entidad es coordinación, estrategia y esfuerzos de las autoridades.

Resulta lamentable que José Carlos Gutiérrez Carrillo, presidente de la Coparmex Tlaxcala, se haya prestado a esa pantomima por más que trate de resaltar la apertura al diálogo, que según él, mostró la administración de Marco Mena.

Quienes también participaron es ese encuentro fueron Belem Rúa Lugo, Comisionada Ejecutiva del C4 y Tito Cervantes Zepeda, Procurador General de Justicia del Estado.

Primero amigos y hoy se rompen las patimedias

Cuatro meses fueron necesarios para que se terminara el amor y el cariño que se mostraban los diputados de las fracciones del PRI, PAN y PRD.

Ahora los líderes de los dos últimos grupos parlamentarios se dicen engañados y actuan como lo hace la esposa decepcionadas del marido, a quien culpa de todo lo malo que pasa en su relación.

Los líderes de las bancadas del albiazul y del sol azteca, Carlos Morales Badillo y Alberto Amaro Corona, respectivamente, descubrieron ayer que faltó voluntad y trabajo al interior del Congreso del estado para dictaminar las iniciativas que fueron presentadas desde el inicio de la actual legislatura.

Se quejan porque sus iniciativas no avanzan y porque el PRI bajo el mando de Mariano González Aguirre ha congelado sus propuestas, situación que será determinante para no cumplir con la agenda legislativo de primer año.

La postura del PAN y PRD es absurda, pues quien les puede creer que están preocupados por su trabajo legislativo si en la última sesión del primer periodo ordinario de sesiones se ponen valientes y no hicieron lo propio cuando decidieron junto con el PRI ampliar los días de asueto que disfrutaron.

En fin, esta es la clase política que nos gobierna y que aprueba las leyes en Tlaxcala. De pena, verdad.