La luna de miel entre el nuevo gobernador y los tlaxcaltecas se mantendrá aún por un tiempo, sin embargo en unos meses veremos si el estilo de Marco Mena es aprobado o no por los ciudadanos que no se explican porque la actual administración avanza muy lento en su tarea de gobernar.

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La posibilidad de un ajuste entre los miembros del gabinete del gobierno de Marco Mena está lejana y de haber cambios éstos estarán relacionados con las candidaturas para participar en los comicios del 2018 o porque al cumplir el primer año los resultados obtenidos por algunos funcionarios no fueron los esperados.

Al referirse a la designación de Silvia Josefina Millán López como nueva directora del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala, el mandatario defendió los nombramientos realizados en los ultimos cuatro meses y días que lleva su gobierno, al sostener que sus colaboradores tienen el perfil que responde a las exigencias que merecen los cargos.

Es obvio que Marco Mena no comparte las críticas que han recibido algunos funcionarios como la Secretaría de Gobierno, Anabel Alvarado Varela, el titular de la SEP, Manuel Camacho Higareda, el responsable de la Comisión Estatal de Seguridad, Hervé Hurtado Ruiz, así como el encargado de la Secretaría de Salud, Alberto Jonguitud Falcón.

Se dice que los dos últimos funcionarios encontraron en ruinas las dependencias que controlan desde el 1 de enero de este año, pues al llevar a cabo un auténtico diagnóstico interno detectaron que en la pasada administración hubo serias omisiones que hoy en día impiden responder con eficiencia a las demandas de los tlaxcaltecas.

Esa negligencia sumada a probables actos de corrupción se conocen perfectamente al interior del nuevo grupo de poder que gobierna el estado, pero nunca trascenderán porque sería como abrir la cloaca que dejó la administración del hacendado Mariano González Zarur.

Lo anterior puede ser una de las razones que influyó para relegar a los marianistas de los puestos de primer nivel, situación que hoy en día ha generado una tensión entre ese grupo y el que encabeza Marco Mena.

El enojo de los marianistas no es sólo porque fueron marginados por Marco Mena, sino porque el gobernador ha capitalizado a su favor acciones que se inciaron en la pasada administración como la tendencia que se tiene en la generación de empleos, la llegada de nuevas empresas y hasta el probable ascenso del equipo de Coyotes a la primera «A» del futbol mexicano.

Sin duda el gobernador de Tlaxcala ha tenido suerte al inicio de su administración, pero tarde o temprano el escenario cambiará y tendrá que responder por lo que se ha hecho y por lo que no se haya concretado.

Su equipo de trabajo puede estar tranquilo porque se percibe que Marco Mena está contento con los resultados que va obteniendo, aunque un sector importante de la sociedad tiene otra idea del gobierno de Marco Mena, ya que lo visualiza entre paralizado y lento y con poca capacidad para marcar una diferencia con el de Mariano González.

Ademas, el cuidado extremo que existe sobre el gasto público empieza a generar molestia entre los funcionarios públicos, pues las compras y el abasto de materiales y artículos para que operen las dependencias es a cuentagotas, lo cual nadie se explica porque los presupuestos siguen sin ejercerse a más de cuatro meses de haber iniciado este gobierno del estado.

Marco Mena se mantendrá en su estilo y los tlaxcaltecas serán los que emitan su aprobación o desaprobación en los próximos meses. Todo es cuestión de tiempo para comprobar quien tiene la razón.