Cuántos tlaxcaltecas quisieran ver la transformación del estado y comprobar que el desarrollo es una realidad. Resulta desalentador ver el cambio que han tenido otras entidades mientras que Tlaxcala sigue igual, aunque hoy nos traten de presumir que ya tenemos dos tiendas departamentales modernas.

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En diez días veremos cuántos presidentes municipales realmente están comprometidos con el desarrollo de sus poblaciones y cuántos llegaron al cargo para ver que beneficio personal logran en los cuatro años y cuatro meses que le restan a sus administraciones.

El 30 de abril vence el plazo legal para que los ediles presenten sus planes municipales de desarrollo, los cuales deben incluir las acciones y proyectos que desarrollarán en su periodo de gobierno.

Difícilmente habrá una sincronización de esos documentos con el Plan Estatal de Desarrollo, que según el gobernador Marco Mena ya existe en un borrador, pero que no se dará a conocer hasta que concluya su revisión que harán los miembros del gabinete que está convertido en un olimpo porque nadie tiene acceso a los funcionarios de primer nivel.

Si en la órbita de influencia de Marco Mena sólo tiene acceso su hermano el vicegobernador Fabricio Mena Rodríguez, el poderoso y hoy metido a aprendiz de político Manuel Camacho Higareda, que se desempeña como secretario de Educación, Eladia Torres Muñoz, secretaria particular del Gobernador y la recien nombrada titular de la Segob, Anabel Alvarado Varela, el resto de los funcionarios ha optado por encerrarse en sus oficinas y no atender a nadie porque simplemente no saben que les tocará desarrollar en los próximos meses.

La lentitud del nuevo gobierno estatal para integrar su Plan Estatal de Desarrollo no sólo demuestra su improvisación, sino que además desaprovechó el tiempo y la oportunidad de trabajar una planeación integral que armonizara el desarrollo del estado de Tlaxcala junto con los 60 municipios.

Siguiendo la moda del mandatario estatal, gran parte de los presidentes municipales han invadido las redes sociales con múltiples y novedosos elementos informativos para demostrar que si están trabajando y haciendo cosas, sin embargo hasta ahora ningún alcalde ha precisado que obras y metas realizará y cumplirá durante su gestión.

Tampoco hablan de un diagnóstico municipal y de las necesidades que se deben atender en el corto, mediano y largo plazo. Pareciera que con llevar a cabo faenas comunitarias, comprar patrullas, barrer calles y organizar diversos festivales es suficiente para superar los enormes rezagos que presentan algunas poblaciones de la entidad.

Si en casi tres meses y medio no han tenido la capacidad de dar a conocer la situación en la que se encuentran sus municipios en indicadores de pobreza, desarrrollo urbano, cobertura de servicios públicos, recaudación de impuestos y otros aspectos, dudo que se hayan preocupado por trabajar en un verdadero plan municipal de desarrollo que atienda a la realidad de sus poblaciones.

Pronto veremos cuántos presidentes municipales cumplen con la entrega de ese documento y luego veremos de esos planes cuántos tienen sustancia y cuántos están elaborados con paja que al final no sirven para nada.

Dificilmente Tlaxcala logrará en este nuevo gobierno estatal una transfomación visible del estado como ha sucedido en otras entidades del país como Puebla, Aguscalientes, Querétaro y otras, pues la improvisación es la constante y ante ese hecho lo mejor es aplicar la continuidad y el continuismo de la administración de Mariano González Zarur.

Vaya, como estarán las cosas que muchos ya extrañan al hacendado.