Mientras el gobernador de Tlaxcala insista en ver sólo lo que le conviene el estado seguirá sin rumbo. Seremos gobernados con ocurrencias y quizá en un par de años los tlaxcaltecas se arrepientan de haber llevado al poder a un joven mandatario que nunca se preparó para ejercer el poder.

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Marco Mena optó por lo más fácil y como buen priísta prefirió evadir la realidad de Tlaxcala para justificar la parálisis de su gobierno que ha sido incapaz de contener a la delincuencia y de poner en marcha obras y programas que distingan a su administración.

Los ofrecimientos realizados en campaña sólo han quedado en palabras, porque el programa de becas más ambicioso para Tlaxcala que prometió para autodenominarse como el gobernador de la educación no se ve por ningún lado.

Su gobierno se fijó como una prioridad la salud y resulta que ese sistema sigue operando con las mismas deficiencias que había en el pésimo gobierno de Mariano González Zarur.

Para Marco Mena son hechos alternativos que en los primeros meses del año se haya disparado el número de homicidios dolosos, que hasta el 12 de abril se tuvieran contabilizados de 656 robos de automóviles, que la entidad ocupe los primeros lugares en robo de camiones de carga en carreteras y que el robo de combustible sea una constante en el estado.

El mandatario simplemente se niega a reconocer que su gobierno está en caída libre y sin rumbo. Decir que las críticas a su administración por los primeros cien días son producto del adelantado juego electoral que en unos meses vivirá el país rumbo a los comicios presidenciales del 2018, me parece la justificación de un bisoño político que está rodeado de aduladores que más que ayudarlo lo hunden más.

Según Marco Mena, los actores políticos críticos de su administración sólo ven «hechos alternativos» que observan ellos porque en la realidad no existen. Su declaración fue una copia barata de la postura que fijó hace unas semanas el desprestigiado presidente de México, el también priísta Enrique Peña Nieto, quien el pasado 28 de marzo se aventó a decir que la crisis económica del país sólo existía en la mente de algunos mexicanos, luego del aumento que aplicó su gobierno a las gasolinas y al gas.

La inexperiencia del nuevo gobernador en la administración pública y a la hora de ejercer el poder cada día es más evidente. Asegura que no le temblará la mano para llevar a cabo cambios en su gabinete, sin embargo sus titubeos e indecisiones cada vez son mas notorias, así como la falta de liderazgo.

Me parece que confiar en exceso en su hermano Fabricio Mena Rodríguez y en sus principales aduladores Manuel Camacho Higareda, secretario de Educación y en la novata titular de la Secretaría de Gobierno, Anabel Alvarado Verela, tendrá un elevado costo para Marco Mena porque siemplemente ninguno de ellos tiene la visión de lo que implica gobernar un estado como Tlaxcala.

Lo que son las cosas, Mariano González llegó muy tarde a la gubenatura y pareciera que Marco Mena llegó muy temprano a esa posición. El primero gobernaba con un estilo arcaico mientras que el segundo al parecer no sabe que hacer con el gobierno.

En fin, lo bueno que en este espacio escribimos de hechos alternativos que al gobernador Marco Mena no le importarán porque hablamos de cosas que no existen en marcolandia.

Para seguir con más hechos alternativos, le cuento que ayer sesionó el Consejo de la Judicatura para aprobar la rotación de Secretarios de Acuerdo, Proyectictas y Diligenciarios en los juzgados, proceso que sólo incluyó a los que no gozan de la protección de la arrogante presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Elsa Cordero Martínez.

La cachetona magistrada decidió mover a aquellos abogados que según ella están en su contra y filtran sus malos manejos a los medios de comunicación, por lo que decidió enviarlos a los distritos judiciales más alejados.

En cambio, hizo todo por mantener a Rafael Sosa en un juzgado adscrito a la Ciudad Judicial. El único mérito de ese abogado es ser el esposo de la la directora del Instituto de Especialización Judicial, Esther Terova, quien es amiga íntima de la pesada Elsa Cordero.

Como podrá comprobar los nuevos consejeros de la Judicatura resultaron ser más de lo mismo, ya que de inmediato cayeron en las redes de la presidenta del TSJE a quien le aprueban todo lo que quiera sin decir pío, como si esos pollos ya hubieran recibido su maíz.