Aunque lo niegue, la ex priista está obsesionada con el gobierno de Tlaxcala y hará todo lo posible por convertirse en candidata en el 2021. Su resentimiento con el actual mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez es tal que hará todo lo que sea necesario para cumplir con su capricho, pues hasta el momento no ha superado la derrota que sufrió en el 2016.

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La renuncia de Lorena Cuéllar Cisneros a la bancada del PRD y al partido que la llevó al Senado se esperaba desde hace algunas semanas.

Sin mostrar madurez, la senadora se dedicó a culpar a todos menos a ella y a su familia de la derrota que sufrió en el 2016, cuando perdió en las urnas ante el priísta Marco Antonio Mena Rodríguez, quien según su visión era el adversario más débil del PRI que podía enfrentar en los comicios para gobernador.

El proceder de Lorena Cuéllar la deja muy mal parada, pues ya carga el estigma de ser traicionera y una política que no cumple acuerdos. Lo único que le importa es su carrera y su beneficio económico.

En el 2012 cuando esta bien asesorada y orientada política y mediaticamente, la hoy ex perredista decidió romper con el PRI. Estaba empeñada en ser candidata al Senado, pero el entonces gobernador de Tlaxcala Mariano González Zarur hizo hasta lo imposible para frenar sus aspiraciones.

A la par de que Lorena Cuéllar presionaba en el PRI también negociaba su candidatura al Senado en el PRD bajo el manto protector del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya. Pedro Joaquín Coldwell, líder nacional del tricolor le pidió personalmente a la ex presidenta municipal de Tlaxcala que se quedara en el partido y le ofreció la diputación plurinominal.

La respuesta de Cuéllar sorprendió a Coldwell. ¿Quién me garantiza la diputación plurinominal?. Yo, que soy el líder nacional del PRI, respondió molesto el ex gobernador de Quintana Roo.

La decisión final de la hoy senadora independiente la conocemos todos, ya que en el 2012 logró llegar al Senado gracias al impulso que recibió de Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial del PRD y de otros partidos de izquierda.

Siendo candidata del PRD al Senado, casi al final de la campaña del 2012 se registró un rompimiento de Cuéllar con López Obrador, debido a que existían pruebas de que la ex diputada local pedía el voto para ella y no para AMLO, es decir, dejaba abierta la posibilidad para que en la elección de presidente de México sus seguidores sufragaran por el PRI.

Por esa razón, Andrés Manuel López Obrador arropó a la otra senadora Martha Palafox Gutiérrez que llegó a esa posición gracias a la recomendación de otro ex gobernador tlaxcalteca.

Lorena Cuéllar nunca cumplió con el compromiso que estableció con Alfonso Sánchez Anaya una vez que empezó a despachar en la Cámara Alta.

Hoy Cuéllar Cisneros vuelve a las andadas y traiciona al PRD para irse junto con otros diez senadores a conformar un grupo independiente que esta representado desde ayer por el poblano Luis Miguel Barbosa Huerta.

La tlaxcalteca debe entender que en política se deben privilegiar los acuerdos. Su inminente llegada a Morena, partido que encabeza López Obrador, es oportunista y convenenciera.

Al final le puede salir el tiro por la culata, porque la coyuntura del 2018 puede hacer que ella y AMLO caminen juntos, pero una vez que concluya ese proceso electoral las circunstancias serán diferentes y nadie sabe si éstas terminanarán siendo favorables para la ex perredista.

Lorena Cuéllar es una política con una buena envoltura que goza de aceptación entre los tlaxcaltecas, pero no tiene contenido ni ideas propias que la hagan brillar. Siempre dependen de asesores y los que hoy tienen simplemente no dan una.