Hasta el momento nadie ha dado una explicación que justifique el cambio en la Secretaria de Gobierno. La nueva encargada de la coordinación del gabinete de Marco Mena y de la política interna del estado generó muy malas expectativas, porque nadie le ve capacidad para desempeñar ese puesto.

martinruiz

A una semana de que se conociera la salida de Florentino Domínguez Ordoñez de la Secretaría de Gobierno para dar pasao a la llegada de la bisoña política Anabel Alvarado Varela, siguen las dudas y las preguntas sobre cuál fue o es el verdadero el sentido del cambio.

Por más que se ha esforzado el nuevo gobernador por mostrarse autónomo e independiente, lo cierto es que muchos aseguran que en el estado sigue mandando el ex mandatario Mariano González Zarur, percepción que cada vez es más frecuente entre el imaginario colectivo del estado.

Aunque en lo personal no comparto esa percepción porque me parece errónea, si creo que al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez le ha faltado firmeza para marcar su distanciamiento con el hacendado y cumplir sus compromisos con el grupo de operadores que lo ayudo a lograr el triunfo en los pasados comicios.

Simplemente el proyecto de Mena Rodríguez no termina por cuajar porque los titulares de las principales dependencias se muestran hartos y desesperados al no poder trabajar con personal de su confianza y porque su gobierno mantiene vigente la problemática en materia de salud, inseguridad y de falta de empleos.

El nuevo gobierno vive entre la parálisis y el pasado, combinación que está resultando muy letal para la imagen de Marco Mena que si bien ya arrancó no tiene para cuando avanzar y poner su sello.

No existe un cambio visible entre el pasado y el nuevo gobierno y lo que es peor, es que cada vez gana terreno la idea de que Marco Mena comparte el poder con Manuel Camacho Higareda, que al igual que Fabricio Mena Rodríguez está convertido en un factor real de influencia y pujanza.

Dicen que detrás de la salida de Florentino Domínguez estaría el actual secretario de Educación Pública, Manuel Camacho Higareda, quien habría influido en el ánimo de su amigo el gobernador para enviar al profe, sin previo aviso, a la dirigencia del PRI que ante el actual escenario político electoral tiene todas las de perder en el 2018.

Y ese mismo funcionario habría sido el que recomendó ampliamente a su amada amiga, la hoy ex diputada federal Anabel Alvarado para ocupar la Secretaría de Gobierno.

Esa nueva pareja de poder conformada por Camacho y Alvarado será la que tenga el control y la influencia con el gobernador Marco Mena.

Nadie sabe para quién trabaja, es la frase más repetida de los últimos días, pues quien diría que los tlaxcaltecas terminarían siendo gobernados por un aspirante a poeta y una bisoña política que tiene mucha suerte para llegar a cagos que no merece.