Mientras el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez anda ocupado en sus foros y en la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo, dos ex mandatarios llevan a cabo un trabajo político con miras a las elecciones del próximo año con la clara intención de llevar mano en la designación de los candidatos.

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Aunque no lo crea, en los últimos días se ha registrado una disputa soterrada por la dirigencia del PRI en Tlaxcala que hoy ostenta como puro membrete Blanca Águila Lima, pues hay dos ex mandatarios que buscan esa posición a través de un incondicional para evitar que el actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez controle al partido.

Mariano González Zarur y Beatriz Paredes Rangel han recurrido a sus contactos nacionales para pedir el mando del Partido Revolucionario Institucional rumbo a los comicios federales del 2018 en que los tlaxcaltecas elegirán presidente, senadores y diputados federales y locales.

El primero se resiste a que su corriente mariana muera en el nuevo gobierno que encabeza Mena Rodríguez, mientras que la segunda busca regresar al Congreso de la Unión por su estado natal y evitar una candidatura en la Ciudad de México, donde sus posibilidades de ganar una elección de mayoría se reducen luego de haber permanecido por unos años como embajadora de México en Brasil.

Y sino me cree vea lo que hoy se comenta en la columna Templo Mayor del periódico Reforma.

«DE REGRESO tras su misión diplomática en Brasil, la priista Beatriz Paredes fue ayer objeto de múltiples saludos y miradas en un restorán italiano en Reforma.

«¿REGRESARÁ a la lides políticas o nomás se está dejando ver por si se ofrece algo? Es pregunta que ya no baila samba«.

Hasta aquí la cita, pero es obvio que la ex gobernadora tlaxcalteca se está moviendo porque quiere regresar a la actividad política y que mejor siendo Senadora o diputada federal.

Se sabe que ambos ex mandatarios ya platicaron sobre el tema y optaron por establecer un pacto rumbo a los comicio federales del próximo año. Su primer objetivo en común es reclamar el dominio de la dirigencia del PRI en Tlaxcala que les permitan tener mano en los procesos internos para designar a los futuros candidatos.

Beatriz Paredes estaría analizando la opción de convertirse en candidata al Senado de la República, para lo cual ya supervisa los comites municipales del PRI a fin de determinar si esas estructuras están coordinadas por priístas comprometidos o si es necesario llevar a cabo un relevo que garantice un trabajo efectivo.

Mariano González no está interesado en ningún cargo de elección, pues está consciente que sus niveles de popularidad están por los suelos, sin embargo si busca impulsar como una prioridad las carreras de sus hijos Mariana González Foullón y Mariano González Aguirre, aunque también estaría pensando en Ricardo García Portilla, así como en otros marianistas que fueron marginados por Marco Mena.

Los comicios del 2018 son fundamentales para la sobrevivencia de los marianistas, ya que si no logran posiciones esa corriente quedará muy debilitada y sin ninguna posibilidad de influir en la sucesión del 2021.

En unos días más se confirmará que Blanca Águila no se mantendrá como presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI y que se publicará la convocatoria para renovar esa dirigencia, por lo que veremos si los dos ex gobernadores se salen con la suya y llevan a un líder que responda más a sus intereses que a los de Marco Mena.

Pero dejeme decirle que el PRI en Tlaxcala no la tiene fácil, pues de acuerdo con las últimas mediciones sobre preferencias electorales el partido de Andrés Manuel López Obrador encabeza las simpatías, por lo que el tricolor deberá recurrir a sus mejores cuadros si es que quiere dar pelea.