El aún gobernador Mariano González Zarur no podría dejar el cargo sin dejar cambios legales que buscan coartar la libertad de expresión de los periodistas de Tlaxcala. El hacendado que tanto detesta a los reporteros y medios de comunicación contó con la complicidad de los diputados locales para perseguir por la vía civil a los comunicadores que en 2017 ya podrán ser demandados.

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Los aún diputados locales asumieron la madrugada del miércoles el papel de censores y aprobaron algunas reformas al Código Civil que buscan obstaculizar o limitar el ejercicio de la libertad de expresión que tenemos los periodistas y comunicadores del estado.

Tlaxcala era una de las pocas entidades del país donde aún existía en el Código Penal el delito de difamación, el cual dejó de estar vigente en el presente año, sin embargo los legisladores antes de abandonar sus cargos el 31 de diciembre optaron por incluir sanciones para quienes de alguna forma “provoquen afectación a una persona en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada y aspecto físico”.

Sin tomar en cuenta la opinión de expertos en materia de libertad de expresión, los diputados del Congreso del estado aprovecharon la madrugada para avalar cambios como si fuera necesaria la oscuridad para sacar una reforma que está dirigida a los periodistas que recurren a sus espacios para denunciar los excesos de políticos, legisladores, presidentes municipales, y demás autoridades que les guste o no están bajo el escrutinio público.

Los legisladores metidos a censores son unos hipócritas que no tienen calidad moral para establecer límites a la libertad de expresión y una vez más demostraron que estuvieron al servicio del gobernador Mariano González Zarur, quien fue el encargado de enviar dicha iniciativa que era obvio no podía permitir que fuera ignorada.

Antes de aprobar las reformas a los artículos 1042 y 1409 del Código Civil, los sumisos legisladores debieron analizar seriamente lo que pretendían aprobar y no sólo actuar por una orden que recibieron del hacendado gobernador.
Los impolutos legisladores establecieron que: “Se presumirá que hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la libertad o la integridad física o psíquica de las personas..”.

Y agregaron las modalidades en las que un periodista o reportero podrá incurrir en “daño moral”.

“Comunicar a una o más personas la imputación que se hace a otra persona física o moral, de un hecho cierto o falso, determinado o indeterminado, que pueda causarle deshonra, descrédito, perjuicio, o exponerlo al desprecio de alguien;

“Imputar a otro un hecho determinado y calificado como delito por la ley, si este hecho es falso, o es inocente la persona a quien se imputa;

“Presentar denuncias o querellas calumniosas, entendiéndose por tales aquellas en que su autor imputa un delito a persona determinada, sabiendo que ésta es inocente o aquel no se ha cometido, y

“Ofender el honor, atacar la vida privada o la imagen propia de una persona…”.

Su reforma es tan absurda que si un diputado sube a la tribuna y llama ratero a un alcalde, al gobernador o a un compañero de legislatura no puede ser sancionado por la vía civil porque tiene fuero y como legislador tiene derecho a esa expresión y otras más, pero si un periodista hace lo mismo corre el riesgo de enfrentar una demanda civil.

O si un diputado local mete a trabajar a su amante que resultó ser una amiga de su esposa al Congreso del estado y luego su mujer lo acusa de ser un cobarde que la maltrata a ella y a sus hijas, no se podrá difundir esa noticia porque según el principal involucrado en ese episodio esos hechos forman parte de su vida privada, aunque su novia sea beneficiada con recursos públicos del Poder Legislativo.

En fin la reforma resulta un intento más para tratar de silenciar a los periodistas y medios de comunicación de Tlaxcala.
Mena y Ordaz asumen sus cargos el domingo

El próximo domingo asumirán sus cargos los gobernadores priístas Marco Antonio Mena Rodríguez en Tlaxcala y Quirino Ordaz Coppel en Sinaloa.

El segundo está más que contento porque es anfitrión del presidente Enrique Peña Nieto que decidió recibir el año nuevo en Mazatlán, donde ayer se les vio jugando golf con el mandatario electo.

Aquí en Tlaxcala nadie ha visto al gobernador electo y los que suenan para llegar al gabinete también ya optaron por ocultarse. Sin duda habrá sorpresas.