Los más preocupados por la llegada del próximo gobernador son los viejos políticos y burócratas que por años han mantenido sus privilegios. Su posibilidad de permanecer en la nueva administración que iniciará funciones en enero son nulas, de ahí que tendrán que buscar nuevos aires.

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Mariano González Zarur pretende eregirse como un político visionario tal y como lo fue Emilio Sánchez Piedras, quien impulso la carrera de varios jóvenes que con los años lograron acceder al poder.

Sin embargo, las circusntancias y la realidad del estado y el país eran otras, pues estamos hablando de hace casi 36 años. Mariano no entiende los nuevos tiempos, su disco duro está obsoleto y su memoria ram es incapaz de aceptar el impacto e influencia de las redes sociales y las nuevas tecnologías, de ahí que suponer que será el supremo hacedor de los futuros gobernadores de Tlaxcala parece más un fantasía de un mandatario que ahora no deja de lloriquear en cualquier evento público.

Sus lágrimas de cocodrilo que sólo conmueven a sus incondicionales, son tan falsas porque lo único que demuestran es que el hacendado nunca se preparó para dejar el poder y que a partir del 1 de enero sufrirá la soledad y la traición.

Con el retiro de González Zarur también se irá una clase política añosa y habilidosa para la transa que deberá dejar los espacios en la burocracia dorada para dar paso a los juniors, que desde ahora se frontan las manos para ocupar las principales posiciones administrativas.

A Mariano González Aguirre, hijo del hacendado y diputado local electo, lo rodea un grupo de incondicionales que como bucaneros se alistan para saltar a posiciones claves dentro de la administración estatal que les permita acumular riqueza para seguir en el barco que los lleve al gobierno de Tlaxcala en unos diez años.

Desconozco si el gobernador electo Marco Antonio Mena Rodríguez permitirá esa incursión tal y como lo tienen planeado los juniors, pero lo que sí le puedo asegurar es que los verá laborando en diferentes áreas.

No dude que Nestor Flores Hernández, actual titular del Instituto Tlaxcalteca de la Juventud tendrá otra posición, así como el espada one de Marianito, el abogado Stefano Pierluigi Capasso Gamboa, quien se desempeña como Contralor de la Secretaría de Salud y quien por cierto contrató a un auditor externo para que cuadraran todas las cifras de esa dependencia estatal.

Como se sabe KA Construcciones en una de las empresas consentidas del sexenio que está por morir. La mencionada compañia tiene como representante legal a un señor de apellido Capasso, padre de Stefano Pierluigi.

Otro de los amigos de Marianito que está más que preparado es José Manuel González Cataño, quien dicen que desde hace unos días ya se hace cargo del lugar que dejó Jorge Capiz Jasso en la dirección de adquisiciones del gobierno estatal. Su intención es ser ratificado en ese cargo.

A la lista sume a Nidia Cano y Gabriela Carvajal que tendrán posiciones de mayor importancia. Pedro Weber seguirá en la nómina y se espera que no pierda su posición de proveedor de publicidad.

Y la última adquisición de Marianito es Francisco Velázquez Nava, quien no descarte que sea acomodado en la administración estatal o en el Congreso del estado.

Otro que sin duda tiene asegurada una posición es el actual alcalde de Apizaco, Jorge Luis Vázquez Rodríguez, quien supo jugar sus cartas en la sucesión. Su socio Emilio Velásquez sueña con convertirse en Consejero Jurídico, pero quizá su nacionalidad salvadoreña sea su principal obstáculo para llegar a ese anelado lugar.

Uno que de plano no tendrá futuro es Diego Levy, actual secretario particular del gobernador Mariano González Zarur. Le han perdido la confianza y su salida del grupo de los juniors es inminente.