Nadie ha sido capaz de retirarles el mote evocativo del ex jefe delegacional que acabó en mamarracho de programas chafas de Televisa.


Inversiones fuera de serie como las hechas en las campañas para hacer diputadas federales a dos mujeres, ni tan populares, ni tan formidables, más bien, en un contexto de medianía, para colocarlas entre las fichas que confunden a quien llevará los colores del PAN en la elección de julio, es uno de los gustos caros del comandante del orticismo.

Para que Oralia López Hernández ganase la elección de julio pasado, incluso hay videos de la forma en que repartía dinero en efectivo y con ello dejó en los votantes una rara buena impresión para depositarle su voto con la creencia de que ese tipo de ayuda se multiplicaría.

De la señora López Loyo, empeñada en la constancia y  en el derecho que a toda mujer le asiste, de aspirar a algo importante, expuesto como centro de su discurso, no debemos descontar su antecedente de derrota, que costó dinero, mucho dinero, el cual sumado a la reciente campaña nos plantea un panorama por lo menos desalentador.

Toda esa riqueza invertida en ambos pétalos de la rosa híbrida se fueron por el desagüe, ahora que sus suplentes en el Congreso rindieron protesta. Nazario Herrera Ortega, por Perla López y Agustín Macías Romero, por Oralia.

Perdón por no creer en ambas, sobre todo al cuantificar la millonada tirada a la basura.

Tiene que ver con emociones disparadas, con gustos excéntricos, con lo que hemos llamado los excesos del orticismo en una dolorosa pérdida de aquél equilibrio, con la que originalmente funcionaba la compleja maquinaria capaz de ganar elecciones en condiciones adversas.

Incluidas en un desagradable grupo de legisladoras obligadas a renunciar para dar paso a sus suplentes, en el Congreso se les conoció como Juanitas, en alusión al curioso personaje que de jefe delegacional pasó a mamarracho en los programas chafas de Televisa.

Las juanitas de Tlaxcala se han prestado a ser personajes de utilería. Y eso me parece humillante, es la aceptación a priori del uso de las personas. Carecen de una forma creíble para reclamar su paso de caballito por la política y se conforman con el papel de personajes secundarios en un proceso donde hay piezas genuinas y otras, como ellas, de vil ficción.

En su efímero lapso como diputada federal, a una de ellas se le conoció como la legisladora del folder pues, recorría cada edificio del  Palacio Legislativo, auditorios, oficinas, escaleras y pasillos, con una carpeta bajo el brazo, muy apurada como si se dirigiese a encabezar algún evento de relevancia, mas las propias cámaras de San Lázaro dan cuenta de las travesías fatuas en vista de que en el interior de tal carpeta, sencillamente no había nada.

Qué difícil tener vida artificial en esto de la política. Carecer de sustancia y gracias a ello lograr un lugar. A estas alturas, ser políticos con un folder vacío bajo el brazo es un exceso que lastima, porque el dinero empleado por lo menos en estas brillantes (ajá) carreras hace falta en otros ámbitos que han sido la asignatura pendiente.

El coco que espanta a Beatriz

Según la lideresa nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, la alianza entre PRD Y PAN no le causan sobresalto, como sí en cambio le ocurriría con el coco, al ser una niña que se porta bien (así lo declaró en Durango nuestra querida paisana)

Pues cómo la va a espantar una alianza con el PAN si aquí en Tlaxcala, su laboratorio, desde hace cinco años sostiene una alianza bien productiva con el blanquiazul, al grado que con más facilidad que en el CEN se puede ver a Rolando Rodríguez Cámara, sirviendo para lo que es un especialista, o sea, para acarrear robustas dietas.