Lejos de apuntalar el sistema de pesos y contrapesos, los opositores al gobierno priísta de Mariano, colocan familiares en puestos clave, y aprueban cuentas públicas vergonzantes

Adriana Davila Fernandez Zombie, Cinica, Reaparece, Partido Muerto, Taxcala Online

Unas veces me avergüenzo de varios prominentes miembros de la clase política. Y otras veces, de plano me da la depre, por ejemplo ahora que el diputado panista Nico (uno que se da golpes de pecho en el tema de la transparencia) se sentaría a negociar con junior, para activar el mecanismo mágico que permitiese aprobar las cuentas públicas de entes amiguis del muchacho, el mencionado legislador norteño (es que tiene sus ranchos por Tlaxco) logró una ganancia exponencial.

Siendo el tema familiar una de las constantes de estos bichos de la política, para empezar consiguió poner a una de sus carnalas como directora del Cecyte en San Pablo Apetatitlán (ven ustedes que no se les hizo en el ámbito de los Derechos Humanos)

Ah, pero a la otra hermana, dicen que le dieron la titularidad en Educación Inicial de la SEP.

Y así como se los platico, esas cuentas públicas, hechas con las patas porque lo más probable en ellas abundan desfalcos y desvíos de recursos, fueron aprobadas. ¡Oh Dios, en Tlaxcala nos colocamos la medalla de oro en clavados sincronizados (de recursos)!

Como pueden ustedes ver, entre esos que se dicen opositores y los que todavía mueven el abanico en el gobierno, hay un diálogo basado en la premisa: “al carajo con el Pueblo, mientras en nuestras casas haya fiesta”.

Por eso no progresamos. Una turba de corruptos en este momento se sostiene la barriga de la risa que le causa haber pisoteado los principios de la transparencia y legalidad en el manejo de los presupuestos.

Eso es utopía en el Tlaxcala actual, donde come más pinole el que tenga más saliva. Así sea de la oposición, cuya esencia es impulsar la teoría de los pesos y contrapesos. Nada de eso. Pertenecer a un partido político de oposición equivale a hacerse rico, besando las patas de los mandamases. A la salud, la seguridad, la Educación, que se los lleve el diablo.

La desvergüenza

Tal y como lo estableció en su discurso (no pronunciado pero bien que lo piensa) el diputado chamaco del PRDun tal Sesín, a cuyo regreso (a medrar) a Allende 31 mandó a los que considera autoridades electas gracias a sus buenos oficios un mensaje muy claro.

Se trata de aportar toda la papeliza posible, para mantener vivas las juventudes perredistas.

En otras palabras, es una especie de cobro de piso porque el ITE encontró el pasado cinco de junio los votos suficientes para entregarles sus constancias de triunfo en la elección.

¿Legislar, buscar justicia, revisar cuentas? Oigan qué flojera (para este submundo de la política) hoy es tiempo de hacer fortuna. No olviden que estamos en el año de hidalgo, y que siguiendo el ejemplo del señor manchis, será mula el que deje algo.

En realidad tras el paso del huracán de Rancho Seco, no vamos a quedar pobres… sino paupérrimos. Y cuidado porque hoy se ha puesto de moda no nada más que nos roben. Ayer mismo por el rumbo de Santa Cruz Tlaxcala, unos condenados asaltantes violaron a una pasajera tras despojar al conductor de una Urvan de su dinero y de su camioneta.

Es el estado seguro al que alude el delegado de Gobernación, un cuate así como los opositores de los cuales estamos comentando, ve a la entidad a través de filtros especiales, muy positivos, como si fuera mesera de Vip’s (jeje).

Pero regresando al tema de los familiares sinvergüenzas, ocurre que el sobrino político del diputado Nico, un tal Julio Cesar, comenzó a quejarse porque la seño Adri (ups, ella es tema de otra entrega… ahora mismo pensar en ella causa sarpullido) lo dejó en la elección reciente colgado de la brocha.

Así que amenazó a sus colegas del albiazul con abandonar las filas de ese glorioso instituto político (oui) y tocar la puerta en el partido del Peje (nada tonto Julio Cesar, sueña con llegar al Senado con el efecto AMLO, más o menos como su paisano Noé y como el infiltrado el profe Joel Molina).

Y cuando en el PAN decidieron sacarlo pajuera, entonces lo pensó mejor y, como todo buen político de esta estirpe advirtió: “pero si yo soy panista, y nada más andaba pensando en voz alta”.

Entre familiares políticos-políticos te veas. Unos son más rateros que los otros. Pero eso sí, a cada fiesta que van, se presumen. ¿Y cómo te ha ido, cuando has robado?

El colmo

Claro que la diputada federal Minerva Hernández Ramos (PAN) tiene derecho a venir a Tlaxcala a organizar un informe de actividades. Pues si en el Estado de México es una equis, si nadie la conoce y nadie la pela, pues con todas las de la ley aquí la podemos recibir. Al fin que cada día nos hacemos más cínicos.

Vino y nos presumió de los mucho que ha hecho. Que en realidad no es mucho. Y tampoco vamos a decir que nada. Porque por ejemplo, gestionó hartito cemento para pavimentar su calle. Y eso es trabajo. Eso es de aplaudirse. A lo mejor no muy recio, pero se merece un aplauso. Sobre todo ahora que nos quiere jugar el dedo en las encías, porque en realidad lo que busca son los caminos para sacar su chequera y comprar una candidatura panista al senado, para la elección de 2018.

Nada taruga la legisladora. Que no se le quiera bien, eso no es problema porque en ese tipo de informes-pasarela de la clase con genética perdedora, pudo asistir la seño Adri, y echar madrazos hacia todos lados… nadie se salvó de los piedrazos (jejé) pero a la hora de explicarnos por qué andaba diciendo que estaba arribotota en las encuestas, pues nomás se encogió de hombros.

Lo de los terrenos

Circula el rumor que el terreno en pugna donde el ayuntamiento construyó el polideportivo Carlos Castillo Peraza, fue condición para soltar el casco de la hacienda Santa Águeda, donde la criatura del sistema tiene unos prestanombres mamones que fundaron una comunidad aparte, llamada Valquí… no se qué.

Dichas propiedades estaban en manos de la viuda del ex senador priísta Miguel Osorio Ramírez, a quien en su momento Beatriz Paredes procuró apuntalar porque era todo un valor para los tricolores.