Hasta ayer encabezamos la lista de los menos endeudados, que sea para bien.

En Tlaxcala nos vamos a tener que despedir de nuestra calidad de no endeudados. Tras la aprobación de la Ley de Deuda Pública, ya no será posible encabezar la lista de las entidades con números negros.

En 2008 pagamos con puntualidad el único crédito contratado por el gobierno, el cual se destinó a sufragar aguinaldos y otras prestaciones del magisterio. A partir de entonces andamos sin preocupaciones de carácter prendario.

Tienden a imitarnos Tabasco que, con mucho esfuerzo reestructuró su deuda 54.7 por ciento; Campeche, 37.9; Morelos,25.6; Guerrero 20.7; Chihuahua, Sinaloa e Hidalgo con logros mínimos pero con una actitud muy positiva en el tema de ya no deber dinero.

Pero a nosotros nos urge entrarle al asunto de los grandes proyectos.

Dos de ellos son el puerto seco multimodal, en Atlangatepec y el centro de distribución de PEMEX que, efectivamente va a aprovechar nuestra envidiable ubicación para hacer aquí un concentrado de productos y luego enviarlos con los principales consumidores.

Es interesante la ruta de nuestra suerte, por llamarla de alguna forma, luego de participar en las acciones de atracción de la nueva refinería, la cual se va a Tula. Pues no nos fue nada mal porque una vez concretado el importante centro de distribución va a haber muchos empleos y, en consecuencia nuestra economía se va a alzar como ave fénix, porque oiga, la crisis nos ha pegado en serio. Una tras otra.

Así que, a punto de dejar nuestra calidad de no deudores es prudente que nuestras autoridades, nuestros diputados y quienes nos faciliten los recursos actúen en función del verdadero beneficio del estado-

La autoridad, impulsando obras realmente prioritarias y con grandes probabilidades de crear empleos. Aquí no valen obras de relumbrón o para taparle el ojo al macho. Digamos que es un principio alentador tanto el puerto seco como el centro de distribución de PEMEX.

Con ambos, nos subimos a las ligas mayores y dejamos la calidad de Estado asistencialista que ve cómo desaparece el dinero mediante pequeñas ayudas que se diluyen a la voz de viva el legado de Echeverría, sin pasar de lo mismo año tras año.

Y hay uno más: la plaza de la cultura, un importante atractivo en la mejor zona de la capital que seguramente va a representar la visita de miles de turistas, interesados en conocer un complejo de auditorios, teatros, explanadas en un área bien grande, de la cual ojalá salgan en los mejores términos los papás, maestros y quienes los patrocinan en el movimiento de Centro Escolar Lardizábal.

Ya contando con la posibilidad del crédito, mire usted el gran potencial que tenemos por delante en el turismo y los servicios. Estamos tan cerca de las grandes ciudades que bien pueden venir acá a divertirse, a descansar, a pasarla bien en pocas palabras.

Lo único que necesitamos es gente con una gran perspectiva del largo plazo. No es por ofender pero, en materia turística necesitamos más que al emocionado Daniel Herrera Murga.

En este contexto, lo que nos urge prioritariamente es un buen coordinador de Ecología, porque si le vamos a llegar al endeudamiento para ofrecer un estado atractivo no podemos depender de un cuate que a lo más que ha llegado es a emprender una graciosa campaña para extraer llantas del río zahuapan.