Son momentos de definición; como van las cosas la perredista tendría que diferir su estrategia contra Mena, porque el tema del fraude sigue sin el debido respaldo

Chueco Mariano Gonzalez, Lorena Cuellar Cisneros PRI PRD, Tlaxcala Online

El tiempo es hoy el desafío mayúsculo de Lorena Cuéllar. En un par de días entregarán la constancia de mayoría a Marco Antonio Mena, y ante la inexistencia de pruebas irrefutables del fraude electoral, en algo efectivo tiene que pensar la inconforme, para conservar encendida la llama del activismo indignado.

Echada palante, la presidenta del ITE, Elizabeth Piedras, emplazó al lorenismo a presentar datos duros del fraude, y dejar de descalificar el trabajo de su consejo. Aquí una observación interesante, Piedras se escuda en el trabajo de los ciudadanos insaculados y su loable participación en la jornada… y se auto nombra su defensora.

A nombre de sus chambones compañeros consejeros, Piedras sobreactúa. No es lo mismo la labor desinteresada de los funcionarios insaculados que la de los consejeros amañados. No debiera confundirse porque la incompetencia del instituto hoy no es un tema a discusión. Se da por hecho.

Cambio de estrategia

Entonces Lorena tendrá que ser más creativa. Reflexionar sobre el destino de la impugnación porque, como van las cosas el tema del fraude electoral entrará en otra etapa en cuanto Mena tenga en la mano la constancia de mayoría.

¿Qué podría hacer la perredista?

Por ejemplo: ¿denunciar que la mega alianza rebasó los topes de campaña, lo mismo en sus actos masivos que en operaciones como los tours electorales que desde la noche del cuatro de junio atiborraron las casillas especiales?

¿Y tiene la conciencia tranquila?

No sabemos. Pero tendrá que recorrer la ruta crítica que inicia en el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) –donde los resultados son predeciblemente negativos- y de ahí seguir el camino hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que es donde sí hay credibilidad.

Este proceso tiene un tiempo de más o menos seis meses. Debería ser suficiente para tirar la elección de gobernador y reponerla, de tal suerte que en enero ya contáramos con gobernador (a) electo (a).

La decisión es apremiante.

El tiempo transcurre inmisericorde. Sus seguidores se agotan. Todos tienen que trabajar –bueno a excepción de un puñado de ellos, acostumbrados a la ruleta de la vida… literalmente a los altibajos del juego en la política- pero el grueso de ellos no dispone de fortunas como para sostener su participación en una lucha larga e incierta.

Tiene el caso de Lorena un paralelismo extraordinario con la elección de 1998, cuando estaba de lado de su tío Joaquín. Cuando la propia Lorena y su cuñado Fabricio encabezaban las indignadas marchas en contra del rojillo, José Antonio Álvarez Lima, el priísta sin sincronía… demócrata cuando tenía que apretar como parte del engranaje que lo llevó a la cima, pero cobarde para confrontar a una Beatriz Paredes en su último tramo de gobierno. (Salinas la sacó de la jugada y colocó a Samuel Quiroz de la Vega)

El autor de la artificial prima alternancia con saldos positivos para Beatriz Paredes.

Años después vuelven escenarios tan parecidos…

Pero con un operador, Mariano González, a quien la derrota de 2004 ante Héctor Ortiz, lo obligó a corregir fallas chapuceras que le permitieran en 2010 clamar por una oportunidad, y a partir de entonces afianzarse en una postura tan ventajosa como descarada siempre buscando resultados favorables.

En realidad encarnó al partidazo con su manual corregido tras las derrotas. Y su mapacherismo se hizo avasallante, terrorífico, temible.

Así lo necesitaba su partido.

Porque a final de cuentas su tozudez le redituó el ser gobernador de las pocas entidades con buenas cuentas electorales a un Presidente con el peor nivel de aceptación: tres por ciento, culpable según el PRI y sus escribanos del voto de castigo que tiene al aprendiz de mafioso, Ricardo Anaya, según lo describe López Obrador, o cínico ambulante, en voz de Manlio Fabio, con el autodestape más que hecho, ilusionado en contar con su compinche el PRD para participar en la fiesta de 2018.

Como pueden ustedes observar, al movimiento que protesta fraude electoral le queda poco tiempo.

Si su autora no es creativa, esto va a quedar en el intento.