La oposición en Tlaxcala lejos de mostrar mayor interés por ganar la gubernatura, se muestra aletargada cómo si tuviera mucho tiempo para trabajar, situación que le puede costar muy caro.

El proceso electoral en Tlaxcala inició y de acuerdo con los tiempos establecidos en el calendario de la contienda, el PAN es el partido que más se beneficia  porque una vez definido su candidato a la gubernatura el orticismo pondrá en marcha la maquinaria para asegurar el poder.

Si bien el periodo para llevar a cabo las precampañas ya se abrió, lo cierto es que ningún partido político ha iniciado legalmente ese proceso, como si tuvieran tiempo de sobra para trabajar por la gubernatura.

Las precampañas concluyen en marzo y el inicio de las campañas será hasta mayo, de ahí que los candidatos oficiales apenas si tendrán 60 días para recorrer el estado y solicitar el voto de los ciudadanos.

Es obvio que el tiempo para hacer campaña es corto y que ante tales circunstancias el PAN se ve beneficiado porque su trabajo político electoral es respaldado por la estructura de operadores que tiene el gobierno de Héctor Ortiz.

Y aunque en algunos institutos políticos la definición del candidato es un asunto de mero trámite, como es el caso del PRD, donde la senadora Minerva Hernández Ramos, tiene amarrada la nominación, en otros como el PRI sólo se requiere que se envíe una señal a favor de Lorena Cuéllar o Mariano González para que inicie la cargada.

Por lo que respecta al PAN, lo más probable es que ese partido comandado por el gobernador Héctor Ortiz Ortiz retrase sus tiempos lo más que se pueda para saber cómo enfrentar a sus adversarios, para lo cual desde este momento infló la lista de aspirantes a la gubernatura a fin de tener a los tontos útiles que se requieren para legitimar una decisión.

Si no cómo explicar que la diputada federal con licencia Oralia López haya dejado temporalmente su cargo para buscar la candidatura o más que el Secretario General de Gobierno, Adolfo Escobar también haya renunciado a su posición dentro de gobierno de Tlaxcala  para participar en el proceso interno del PAN.

Y lo que es peor que panistas con mala fama acumulada por su pésimo trabajo decidan dejar sus cargos públicos para aspirar a gobernar el estado, como lo hizo el alcalde de Apizaco, Alex Ortiz, quien deja al ayuntamiento con múltiples problemas financieros sin contar los elevados índices de delincuencia que reporta la ciudad.

Héctor Ortiz guardará el nombre de su candidato hasta el último momento, de ahí que las especulaciones sobre quién heredará el poder se mantendrán por unos días más, pues sabe que entre más tarde el parto menos tiempo tendrá la oposición de golpear al elegido.