Sin diálogo alguno, parece que el maltrato a normalistas fue una satisfacción para el grupo en el poder, evocativo de un diazordacismo considerado supremo por ellos.

(etlaxcala) Grito Independencia, Mariano Gonzalez Zarur, Megamentada, Caricatura, Tlaxcala Online

Uno se resiste a creer que sigan en el puesto funcionarios como el secretario de Gobierno, Ernesto Ordóñez Carrera, de quien no podemos sino expresar sobresalto porque generó el enfrentamiento con las alumnas de la Normal Rural Benito Juárez, de Panotla, apoyadas por compañeros suyos de Oaxaca, Puebla y el Estado de México.

Se supone que Ordóñez cuenta con un vasto equipo de operadores y agentes, atentos a generar las condiciones de diálogo; a debatir ideas y defender espacios, antes que se active la violencia.

A no ser que este escenario lleve un mensaje, un escalofriante mensaje de autoritarismo y regresión a tiempos como los de Gustavo Díaz Ordaz, y la inenarrable represión ocurrida en su régimen. Aquí entre nos, un día escuché a una ex diputada del PRI opinar del dos de octubre fue una tragedia… “¡los hubieran matado a todos!”

Ese es el grupo en el poder. Así se las gasta. Añora la mano dura, y cuando puede la desempolva y la aplica. Ahí tienen ustedes las imágenes de ayer 15 de septiembre de 2015. Mujeres de apenas metro y medio de estatura contra granaderos de 1.90.

Los dos tienen algo en común. Son gente del pueblo.

Les digo que en otra circunstancia no riñen, al contrario, cooperan.

Mátenlos, después viriguamos

Vistas así las cosas, el temperamental hacendado en el ocaso de su régimen no piensa partir sin dejar huellas indelebles de su carácter. Que la gente sepa lo que es el poder, cómo se aplica.

Ya me explico el porqué sus trabajadores lo llaman amo, se humillan ante él y soportan periódicas jornadas de fuete.

¿Es el amo el diablo?

No lo sé, pero en un régimen democrático un bicho así debe estar en la cárcel.

La paranoia

Agitada su respiración, como astado tras acometer en el ruedo, demora en regresar a un estado de reposo.

Así lo intuimos porque las azoteas de Palacio y demás edificios del Centro Histórico, estuvieron ocupadas por francotiradores.

¿Qué carajos hacían, apuntando al pueblo?

Sí.

De ese tamaño es el miedo del gobernante opuesto a la mentada monumental de madre.

Ese fue otro operativo. Cómo iban a permitir que unos revoltosos ofendieran con semejante superlativo al estadista este, no graduado.

La lluvia, el frío y el desencanto nacional fueron otros aliados para aparecer unos segundos, vitorear de prisa a Hidalgo, a Morelos, a la Corregidora, a Tlaxcala, y luego pegar la carrera a un mejor lugar.

No entiendo por qué el temor a las mentadas si en voz propia, “ni madre tiene”.

Cobertura internacional

Alguien tenía que dar la nota para apaciguar el impacto de la versión dada por representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) respecto a la desaparición de los cuarenta y tres normalistas de Ayotzinapa.

Trataron de cubrirla con la condena del Gobierno Mexicano al asesinato de ocho connacionales en Egipto. Los discursos de Peña casi exigieron la súplica del gobierno de aquél país.

Ah, Tlaxcala no les podía quedar mal.

Entonces Ordóñez entró en acción.

Se olvidó de puente alguno con las normalistas, y en el mejor momento ordenó los cachiporrazos y el uso de gas lacrimógeno.

Esas condenadas chamacas no iban a salirse con la suya, debían tener un castigo ejemplar. Y según este régimen retro, se los dieron.