Parece ser la nueva estrategia de un PRI otra vez decidido a generar una baja participación en las urnas, hoy ocasionada por la falta de información.

(etlaxcala) Ernesto Ordonez Carrera, Secretario Gobirerno Ordena Marcos Rodriguez Castillo INE, OPLE, PRI, Tlaxcala Online

Dos grupos dos, marianismo y orticismo, madrugaron a los restantes y parecen tener manga ancha en la configuración del Organismo Público Local, asistidos por un sujeto-bisagra, Marcos Rodríguez del Castillo, cuyas mañas tricolores lo dotan de una flema tal… simpática a dichos entes de poder.

¿A través de quiénes se da este proceso?

Ya saben, al secretario Napolión, le puede fallar la información básica del estado siempre y cuando cumpla al pie de la letra las instrucciones manipuladoras de su amo. Pregúntenle por la gobernabilidad, por los focos rojos o por templos hechos escombros como el del Santo Cristo en San Pablo del Monte. La respuesta siempre será homogénea: vamos a investigar… nos falló la inteligencia… ¿qué se toman?… me dicen chapis o napoleón.

Ah, pero a la hora de meter las manotas en la conformación del organismo-árbitro a cuyo cargo estarán las elecciones de 2016,  las llamadas telefónicas no cesan, vamos hasta en Telmex se preguntan por el tipo obsesivo que no suelta la bocina.

Y así fue colocada Elizabeth Piedras Martínez en la presidencia de dicho organismo.

¿Y el orticismo dónde lee?

Tal vez les suene el nombre… un tal Jesús Ortiz Xilotl, tiene el encargo de operar con pinzas la colocación de afines en el OPLE.

Y como es compadrito de grado de Marcos Rodríguez del Castillo, ya verán cómo con expresiones como: va a ver compadre… nos va a ir re bien, o échese la otra compadrito que para morir nacimos…

Ahí los tiene, palomeando nombres mientras no se entere el secretario chapis.

Cuando ello ocurre, entonces Marquitos se pone la chaqueta orticista y… procura quedar bien.

Con este novedoso sistema nos aguardan unas elecciones de interesantes a intensas, donde por ejemplo brillen por su ausencia enviados del otro factor de poder, Alfonso Sánchez Anaya, cuyo conflictivo desempeño de plano lo tiene desconcentrado y autoexcluido de este proceso.

Estos son los integrantes del OPLE: desde luego Elízabeth Piedras en la presidencia, Dora Rodríguez Soriano, Norberto Sánchez Briones, Yareli Álvarez Meza, Denisse Hernández Blas, Raymundo Amador García y Aldo Morales Cruz.

Sus nombres han sido bien vistos allá arriba, donde se toman por adelantado las decisiones.

Intensa lucha

Y quedó clara la vehemencia con que el más mandón del marianismo intenta una y otra vez sembrar semillas en abierta evocación a su ex suegro don Emilio Sánchez Piedras (quien por cierto lo vetó de su familia).

Mas la conformación de grupos con influencia cíclica ha de obedecer a un principio fundamental: mercenarios no.

Como verán ustedes, en las huestes del bravo criador de reses no hay personaje con miras altas al cual no mueva el interés por engordar su cuenta bancaria o su portafolio de propiedades.

Ni idealistas, ni portadores de una doctrina supurada en la materia gris mariana. Aquí, quien tiene más saliva traga más pinole, pero, ¿y el aspecto ideológico, perenne, de largo alcance?

¡Por favor, quién piensa en eso, teniendo al alcance a diputados a modo aprobando cuentas públicas como producidas en la gran armadora de Henry Ford, allá cuando se inventó la producción en serie!

Poco claro

Y en este ambiente de festejo entre los agraciados por la política, crece la gran duda: ¿les ha quedado claro el nuevo mapa electoral de Tlaxcala?, ¿Saben dónde van a votar?, ¿No tienen duda respecto a qué distrito pertenece la localidad donde viven?

Hoy, priva la incertidumbre. Y mientras los políticos y las políticas gastan sus locuacidades en decir autoelogios mediante encuestas, a los señores diputados no los angustia la proximidad con los comicios. Les vale la desinformación entre los ciudadanos.

Es decir, hay una confusión inducida para generar poca participación de los votantes.

Súmenlo a la división entre los opositores.

Y verán que esta es la nueva apuesta del PRI: generar una nueva suerte de abstencionismo para asegurar su triunfo.

La ocasión pasada fueron las pantallas planas. Hoy, la desinformación.

Sin embargo pasan por alto que los ciudadanos ya detectaron su modus operandi.