Tanto ruido hicieron los diputados panistas, que es una verdadera pena verlos asestarse el peor golpe en sus mandíbulas, como parte de un futurismo demasiado cándido.
El episodio boxístico por la Reforma Electoral, acabó con el nocaut que los propios panistas se provocaron. Tanto ruido hicieron, tanto tiempo consumieron, para que al último cayeran a los pies de un Mariano González Zarur, que se salió con la suya, redujo el número de diputados y demostró que los albiazules, ni son tan valientes, ni tan rectos.
Otra maniobra, sucia y despreciable, fue el voto de Evangelina Paredes al mejor postor. ¿Cuáles principios, qué esperanzas tiene el pueblo con una mercader de semejante actuar? Tiene sus razones personales, y las antepuso vertiendo veneno en las viandas de los opositores, condenados al castigo matemático mediante el cual surgirán diez plurinominales.
Al PAN no le fue mejor. Primero, levantaron sus naguas y se mostraron tan relativos como son, dependiendo del plan de quien circunstancialmente los guía. La falta de oficio, sus números alegres y la súbita alianza con sus enemigos fatales, nada más los retrata de cuerpo completo.
Hubo que ver la sonrisa de hienas, de Florentino y su pandilla, viendo cómo los azules se desvanecieron, y ni siquiera fue necesario debate alguno.
Esta forma pseudo panista de hacer números alegres para 2016, seguro salió de los cursos de programación neurolingüística… ¡sí podemos, sí podemos, sí podemos!, y mírelos, sí pudieron… se hicieron trizas ellos mismos y hoy dependen de una votación archirequeteabundante en 2016, cuando por cierto vayan sin alianza alguna a las urnas.
Esos panistas se hallan en pecado de soberbia, desestimando el derecho de la demás oposición a la representatividad, bajo las mismas reglas con las que serán calculadas las diez pluris.
O sea, para la elección a gobernador (a) se autoexcluyen bajo los argumentos de su aislamiento ideológico… no haremos alianzas, ni con Ortiz ni con ASA, ¿pero qué tal la hicieron con el señor Manchis?
En términos llanos, los aspirantes a 2016 dirán… una menos.
Y en el ámbito del Congreso… también… varios menos.
Por alguna razón los panistas se devaluaron. Los movió esa verborrea motivante de dicha programación neurolingüística que, por ejemplo en los tiempos de Pancho Barrio, en Chihuahua, le permitían hacer un puente con su humanidad entre dos sillas, repitiéndose hasta el infinito: si puedo-sí puedo-sí puedo.
Vaya, los perredistas reaccionan
A estas horas ya se habrá realizado la conferencia de prensa en la que los perredistas se preguntarán, ¿y la redistritación?, digo menos diputados, pues requerirán menos distritos.
Y el retroceso quedará firme.
Este ha sido el sexenio, de los panistas deprimidos, de la estafa a la burocracia, de la oposición holgazana y conformista, del ejecutivo que desaparece fideicomisos de carácter social, del combate a los ancianos, de la represión a la policía, de la contratación de reconocidos secuestradores, del más cínico de los golpeadores entrando y saliendo a Tlaxcala como Juan por su casa.
El turismo político
Tan tiene los días contados en la administración, como en la gestión al frente de la Conferencia Nacional de Gobernadores. El caso es que Mariano será sustituido en breve por Eruviel Ávila, al frente de dicho sindicato de mandatarios.
Y la cosa es que en este momento andan gastando la euriza (centaviza en términos del euro), como si fueran la avanzada del presidente Enrique Peña Nieto, ya sin vesícula biliar.
¿Logros económicos, estratégicos o políticos?
Ninguno, sólo el hecho de tomar a la capital francesa como premio donde bien que valen los cheques sustraídos del presupuesto. Ignoro para cuántos desayunos, calientes o fríos, alcance la fortuna gastada por el gobernador en un viaje bueno para nada.
Según Reforma ajá, Manchis y Eruviel tendrían razón de andar gastando la papeliza, bueno para que el primero pase la estafeta de la Conago, pero y ¿Graco, y Moreira, y Borge?, como quien dice, no somos los únicos que tienen gobernador gastalón y gustoso por los viajes internacionales (y luego nos doran la píldora).