Hoy, cuando los niveles de opacidad nos agobian, igual que las casas blancas y los ridículos Virgilios Andrade, nos aseguran que a la corrupción la estamos domando.

Presidente Enrique Pena Nieto, Domamos Corrupcion, Mariano Gonzalez Zarur, Caja Cristal, Caricatura, Tlaxcala Online

Ya lo explica el presidente Peña: la corrupción es parte de la condición humana… como también lo es la mentira; como son las promesas que aquí a continuación me permito reproducir íntegramente: “A partir de hoy, ni familiares, ni aviadores, ni mantenidos ni tampoco funcionarios con cargos a modo y sin perfil”.

A ver, ¿quién es el aspirante a estadista que dijo esto en su toma de posesión?… le atinaron.

Atestiguamos un intercambio de falsedades en el colmo del cinismo.

Y desde las desapariciones masivas que jamás se han de aclarar, hasta el cobro involuntario de cuotas partidistas a burócratas que ni priístas eran, hemos visto la invención de un Virgilio Andrade y la carabina de Ambrosio.

“El gobierno federal ha tratado de domar a la corrupción a través de nuevos mecanismos de transparencia”.

Lo dijo el Ejecutivo Federal. Ha tratado… lo hace con tal vehemencia, que muchos le creen; bueno, tenemos el derecho de obrar de buena fe, más las condiciones insostenibles de nuestra economía, las casas blancas y los discursos internacionales de Videgaray nos tienen anonadados.

Aquí, junior se hinchó tanto que ha reventado reiteradas veces; conste que nos aseguraron: ni familiares, ni mantenidos.

Situémonos en el momento preciso, allá por 2010… acto seguido, en el Nuevo Centro de Convenciones de la capital tlaxcalteca, (el señor manchis) admitió que será un desafío erradicar malas prácticas, pero por lo pronto prometió atender la dinámica de rendición de cuentas a fin de extinguir la opacidad que actualmente mantiene a Tlaxcala en el último lugar nacional en materia de Transparencia.

De seguro, es el último eslabón sanchezpiedrista con la voracidad mostrada para afectar el presupuesto… ya lo dijo Peña, “no es a partir de los discursos como habrá de darse el cambio, será a partir de una efectiva y real participación de quienes estamos a favor de un cambio”.

Es la hora en que el cambio, si se ha dado, pues es para empeorar.

Vivimos la etapa del gobernante que desaparece fideicomisos como el que lucha contra las adicciones. ¿No lo horrorizará el padecimiento de su vástago?

Es el tiempo en que el ejido tronó. El carácter social de la tierra cambió como parte de la venganza del hacendado rencoroso. Hoy, los ejidatarios regresan a ser peones… nada más dirijan la vista hacia Santa Águeda.

¿Cuándo nos han informado sobre el padrón de constructores, y de proveedores; cuándo nos han dicho, miren pueblo esta es la bitácora de los helicópteros, esta es la lista de los burócratas afectados, así les estamos cumpliendo una vez que nos favorecieron con su voto?

Al contrario. Ya se hizo ley, con el concurso de los diputados… muy salsas: un informe ciudadano fuera del Congreso. Mire si no es de ideas el señor manchis, el día de su protesta hasta usó la tribuna, no el espacio de la mesa directiva, donde lo coloca el protocolo.

Pues despuesito de su alarde de modernidad y rebeldía a la formalidad, ahí lo tienen, dándose vida de multimillonario, invitando a sus amigotes, a convertir nuestro cielo en una especie de Vietnam, con hartos helicópteros en el espacio… nada más que allá fueron a perjudicar a los naturales, y aquí…  ¡también!

La expectativa se ensancha

Ha salido de las indiscretas oficinas del Instituto Nacional de Elecciones (INE) que don Marcos (como sacado del trío Calaveras que tanto acompañó a Jorge Negrete) recibiría instrucciones del poderoso priísta, guía de sus actos, para contratar a un tal Ignacio, carnal de un potentado bien pelón que ya hasta destapó sus deseos de ser alcalde de Tlaxcala.

Y en qué consiste ese encargo. Pues en hacer hasta donde se pueda (y un poco más) para hacerlo consejero del OPLET. Yo no sé qué tienen los calvitos que le ha ido rete bien con el beduino… han de ser sus dobleces y, en un chico rato hasta la brillante capacidad académica que se cargan (en serio).