Parte de la pérdida marianista del piso fue hacerse llamar licenciado, porque contador ya no le era suficiente… Peor su secretario de SESA, por cuyo puesto van a rodar cabezas
No es que declarar la guerra a las caries sea impedimento para el buen desempeño de todo dentista, lo malo es que con este nivel académico pongan al frente de la Secretaría de Salud (SESA) a un secretario como Alejandro Guarneros Chumacero.
El día de su protesta se declaró impulsor del fortalecimiento a los servicios públicos de salud, rehabilitación de los centros, equipamiento de hospitales, implementación de tecnología de punta y especialidades.
Especialidades, he ahí el centro de la discusión porque, verán ustedes, a quién en su sano juicio se le ocurre modificar la ley de Salud para hacer accesible el puesto al dentista Guarneros.
El artículo 15 de dicho ordenamiento es claro: quien aspire a ser secretario de salud debe ser Médico Cirujano titulado con especialidad en cualquiera de las ramas de la medicina; tener experiencia profesional mínima de cinco años en medicina institucional, preferentemente en salud pública, administración de hospitales, y amplio conocimiento de la situación de salud en la entidad”.
Ahora, no sé cómo el ortodoncista (eso sí, ¿no?) se hizo de enemigos como el petista Jesús Portillo Herrera, quien añadió el drama de su nivel a la discusión esta: “puede convocar veterinarios en lugar de especialistas y recetarnos antibióticos para caballos o burros”.
Sí, el temor del denunciante es rasposo, como su imagen, pero es cierto.
Y complica la permanencia de Alejandro Guarneros al frente de la Secretaría de Salud. Digo, con un poco de dignidad habría presentado su renuncia o, aplicado al aula para conseguir el título académico con el cual se debe ostentar en este ámbito de la medicina pública.
Luego, a Chumacero se le hizo bolas el barniz. Los negocios lo rebasaron. Los intereses de grupos lo colocaron en la justa dimensión del especialista en dientes, y fue descubierta su alcurnia académica fingida, porque el tipo actúa como si de veras fuese un fregón en la medicina pública.
De acuerdo con el Registro Nacional de Profesionistas, Guarneros obtuvo en 1967 la licenciatura de cirujano dentista, con la cédula 01347818, otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde luego que los diputados responsables de modificar la Ley de Salud, deben enfrentar sus demonios. Esto es atentar contra la salud del Estado.
Qué decir del coordinador de los esfuerzos. Ahí comienza la podredumbre.
No hay, no hay
De contador a licenciado, casi con obligación de la burocracia a llamarlo, “señor licenciado”.
Ni contador, ni licenciado. Ya lo habíamos advertido, por ahí de junio de 2012, gracias a un reporte de “Los Institutos Patrulla”, el llevado y traído mandamás de Tlaxcala, pues parece que tiene algunos estudios de contador privado. Hay que reconocer, es muy hábil para hacer cuentas y casi siempre gana (mientras administre dinero que no sea suyo).
Caray, pues no debería desperdiciar el tiempo, sobre todo hoy que el nivel académico es fundamental para cualquier chamba. Claro, esta no es una chamba, sino un premio de allá arriba otorgado a un encastado más, sin pisca de preparación, pero con hartas ganas de hacer lo que hoy está haciendo.
Hombre, seis años bajo el yugo del señor licenciado… ya que se acabe esto.
Investigan quema de papeles del Cobat
Contestatario, protector de Josefina Espinoza Cuéllar, el contralor del ejecutivo se esfuerza en hallar vericuetos al caso de los papeles incriminatorios, quemados en el Cobat a la salida de la hoy delegada del Conafe.
Cuidado porque con semejantes mañas los acusadores pueden pasar a acusados.
Es gracioso el actuar de quien debería ser celoso del comportamiento de los subordinados.
No como un ente protector de la impunidad, porque su mensaje es el del propio gobernador.
Bienvenido Presidente
Aquí en Tlaxcala se le aprecia. Mas no pasemos por alto la imagen cuesta abajo del agradable ex gobernador del Estado de México, miembro de uno de los grupos políticos más corruptos, acaso responsables de la crisis que hoy nos agobia, con la gasolina más cara, la luz hasta las nubes, pero eso sí, las casas de multimillonario donde pernoctan el ciudadano y su graciosa compañera.
El desplome de Peña, según Reforma se obtuvo en tres fechas distintas y dos categorías:
Agosto de 2014. Los ciudadanos calificaban a Peña con 5.8. Los líderes, lo hacían con 4.9
Diciembre de 2014. Los ciudadanos le dan 5.1; los líderes 3.6.
Marzo de 2015. Los ciudadanos 5.0. Los líderes 3.5.
Ningún presidente, priísta o panista, había llegado a estos niveles.