El nuestro es el peor posicionado del país con 2.2 de calificación, incluso peor que el gobernador de Michoacán, con todo y los problemas que detonaron allá una grave crisis.

Caricatura 1, Guillermo Haro Belches, Profepa, Mariano Gonzalez Zarur, Tlaxcala Online

Lo extraordinario sería que Mariano, pese a sus gestos y expresiones rasposas, a la enorme comunidad joven, muy presente en redes sociales les despertara simpatía.

Consulta Mytofsky sostiene en su Value Index in the Web, que al mandatario de Tlaxcala, el nutrido público de redes le asigna un penoso 2.2 de calificación.

Es una situación bochornosa que exhibe la rudimentaria socialización del criador de reses bravas mediante uno de los instrumentos más valiosos de la internet.

Se explica la vulnerabilidad de Mariano en esta área solamente volteando a ver al responsable de comunicación social, un vocero chapado a la antigua, Raymundo Vega Crespo, instalado en la era de los viejos télex, la libretita para tomar dictado y la cultura del chayote para no exaltar la otra cara de la moneda (o sea, publicar nada más lo que se ordena)

Pero, ¿de qué manera llegarían los chayotes a las redes?

Mitofsky plantea las reacciones de la comunidad de la siguiente manera: Alcance, referencia, pasión y sentimiento. Actitudes estas, espontáneas y con un profundo sentido crítico. Tan dinámicas como lo es el ritmo de los jóvenes con acceso a redes, usando alguna de las múltiples herramientas.

A Vega Crespo ya no le hacen falta observaciones. El 2.2 alcanzado para el que le paga lo dice todo.

Entre esa calificación de reprobado y los 8.7 alcanzados por el jefe de gobierno del DF, o el 8.4 del joven gobernador de Chiapas, de lo único que podemos estar convencidos es del valemadrismo de jefe y subordinado, quienes mejor no leen para no enterarse de las críticas.

Un niño de siete años haría mejor papel que Vega, decidido a romper el record del vocero más longevo de la historia.

Pero a qué precio para su patrón.

Viene la lana

El presidente Enrique Peña Nieto, anunció el inicio de una verdadera transformación de las policías municipales del país, cuyos integrantes son el nivel más próximo a la gente, pero sobre todo el que despierta las peores opiniones de los mexicanos.

Son las policías municipales las encargadas de hacerla de pseudo ministerios públicos, pseudo investigadores pero, muy completos aplicadores de sanciones, en corto.

Defienden salvajemente la voluntad de sus jefes, los alcaldes.

Hay que ver el terrible ejemplo legado por el señor Abarca, de Iguala.

Bueno, pues en este tema, vale decir que los dos últimos años de la administración de Orlando Santacruz, en Apizaco, esa demarcación recibió cantidades tan importantes del Subsemun, que fácilmente superaron los veinte millones de pesos.

¿Dónde están?

Esa es una importante pregunta. Y quien la tiene que responder debe estar inquieto porque tras el anuncio hecho por Peña Nieto, municipios como Apizaco tienen que restituir esa cifra.

Forma parte de la intensa campaña Presidencial para ir al fondo de las crisis de las policías municipales. Y van a comenzar por el principio, es decir, por comprobar que los recursos hayan tenido el rumbo correcto. Podríamos hablar de evidencias en sentido contrario.

Ya lo veremos. Pero de que tiene que devolver esa lana no se va a salvar, según filtró el propio Gobierno Federal.

Pachangón

El gustoso diputado Julio Cesar Hernández Mejía, celebró su onomástico a lo grande, en su rancho y con sus cuates, uno de los cuales Orlando Santacruz, ha dejado correr la versión en el sentido que está preparando al muchacho como su apuesta para sustituir a Jorge Luis Vázquez Rodríguez, ahora que culmine su plazo constitucional.

Julio Cesar, el millonario camionero que despacha en Allende 31 se ha dejado querer. Y sí, tiene así de ganas de contender por Apizaco.

Haro Belchez… ¿mentiroso?

Así lo calificó el gobernador. El procurador del medio ambiente, Guillermo Haro Belchez, se adelantó a anunciar lo de la reforestación por 25 millones de pesos en 230 hectáreas en aquella gira por las faldas de la Malintzin, en Teolocholco.

Eso significaría afectar las finanzas del estado, respondió un indignado Mariano, quien prefirió pagar los siete millones de aquella multa impuesta por andar tirando árboles donde se erigen Ciudad Judicial y Ciudad de la Salud, a cumplir con la alta meta de sembrar 200 mil arbolitos.

Habría sido un éxito. Y por ejemplo, cacarear una acción de semejante envergadura en redes sociales habría mejorado su imagen, de 2.2 como da cuenta Consulta Mitofsky.